24 de Abril de 2024
Champong a ritmo de K-Pop: 2da edición del Hanguk Festival

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El lunes 11 de junio, San Juan dijo que sí luego de lo que tal vez haya sido el fin de semana más frío en lo que va del año. Los dioses nos regalaron un hermoso día para festejar que, 53 años atrás, 90 inmigrantes coreanos se embarcaron con un puñado de sueños y muchas ganas de trabajar, en la aventura de redefinir el ecosistema de una isla mediterránea en el corazón de Sudamérica -aún sin proponérselo-.

Qué mejor manera de festejarlo que con un collage de arte, música, danza, comida, más comida y hasta una boda tradicional coreana, y el deleite de las nuevas generaciones: el K-Pop.

La Costanera de Asunción se convirtió en una versión subtropical de Corea. Con un festival gastronómico, artístico y cultural organizado por la “Asociación Coreana del Paraguay”.

Alrededor de 20.000 personas nos dimos cita para disfrutar de la segunda edición del Hanguk Festival, rompiendo el récord de asistencia que había sido de 15 mil personas en su anterior edición.

Gustavo Koo, presidente de la Asociación Coreana del Paraguay, se manifestó muy agradecido con el recibimiento de los paraguayos a la comunidad coreana, sobre la cual dijo: “Ya forma parte del paisaje de su querido Paraguay”.

De los 90 inmigrantes que tocaron tierras guaraníes hace 53 años, hoy se calcula que son alrededor de 5000 personas, luego de 3 generaciones. Sin duda resultaron prolíficos, no solo en los negocios.

“Si bien los inmigrantes coreanos marcaron un antes y un después en lo que se refiere al comercio, es ahora cuando se va a empezar a notar el aporte de los ‘coreguayos’ al desarrollo del país”, aseguró Koo.

K-food paraguariensis

La cocina típica de un lugar es siempre el resultado de una evolución basada en las aportaciones de los diferentes pueblos que han transitado por el lugar en cuestión; sin duda, la comunidad coreana ha impactado para siempre en nuestra manera de saborear la vida. Muestra de ello son los más de 2000 “asaditos” de los más variados gustos que desaparecieron en instantes mientras, como ruido de fondo, la habitual y tan nuestra voz de Yolanda Park nos guiaba por los distintos momentos del evento.

2000 brochettes desde la tradicional carne vacuna y cerdo hasta las alitas de pollo mismas, que antes de pasar a la parrilla eran confitadas en un cazo con grasa de cerdo, desaparecieron velozmente.

18 stands de comidas típicas y cerca de 70 profesionales de la cocina se dieron cita para deleitar a los cerca de 20.000 asistentes que disfrutaron de una sinfonía de sabores desde lo más tradicional a lo más exótico.


La gastronomía coreana se basa en el Yin-Yang, que busca alcanzar la armonía entre los cinco colores de la naturaleza (azul, amarillo, blanco, negro y rojo)  y sus cinco sabores (dulce, salado, agrio, picante y amargo), para proporcionar placer a los cinco sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto). Muestra de ello el delicioso Jumeok-bap, presentado por el reconocido Restaurante Su.

El festival contó con lo más representativo de la gastronomía de Corea. Entre lo que pudimos disfrutar resaltó el Bibimbap, que consiste en una base de arroz hervido con vegetales, carne marinada y un huevo por encima, todo ello aderezado con aceite de sésamo y una salsa gochujang deliciosamente picante. Ya una vez instalados en los sabores intensos y contrastantes de oriente, nos fuimos por lo que mi humilde paladar considera el rey del festival: el Champong. A los ojos se presenta esa enorme y humeante olla en la cual se mezclan magia milenaria con fideos, repollo, cebolla y picante. Dicha mezcla resulta una deliciosa medicina para la resaca y el alma. No podían escapar a nuestros ojos las largas filas que se formaban en los stands que servían el tradicional Lamen; sin duda, Marco Polo estaba en lo correcto, ya que al ver lo popular que el tradicional fideo oriental se ha vuelto en el mundo sólo nos queda agregar un poco de Kimchi y agradecer al intrépido viajero por su aporte a la gastronomía mundial.

Mientras en el fondo se escuchaban las notas de Boom-Boom, no podíamos dejar de deleitarnos con la representación más puntual del mestizaje gastronómico: el Bulgogi Hotdog. Como su nombre lo dice, es el conocido Hot-Dog (pancho), pero servido a lo “coreano”, con mucho pero mucho sabor encima. Era inevitable sorprenderse por las filas de visitantes esperando darle una mordida a esta novedosa interpretación de este ícono del street food. Mientras continuaba el festín con Dak Guangyang, Otto, Tteokbokki, Bulgogi, Kimbap y Tokpoki, no pudimos evitar ser seducidos por el estand de Shopping París de Ciudad del Este, donde servían unos alucinantes cucuruchos con forma de bastón rellenos de helado.Tal vez habremos pasado media hora alucinados con los rostros de felicidad de la gente al recibir el broche de oro de ese festival de sabores de otro mundo. Sin duda, el remate perfecto para una tarde en la que hasta el clima decidió unirse al festejo aniversario número 53 de la llegada a nuestra patria de 90 inmigrantes que con su presencia le han dado nuevos sabores y colores a nuestro día a día.

7 de Agosto de 2018

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