Bajo el lema “El amor por la tierra y sus frutos”, la bodega Clos de Chacras se dedica a producir vinos con expresión de terroir desde el 2004. Esta pequeña bodega familiar se encuentra ubicada en el corazón del distrito Chacras de Coria, en Luján de Cuyo. Actualmente, embotellan 150.000 litros, con lo cual se encuadran perfectamente en la categoría de bodega boutique.

En esta región de Mendoza, en palabras de un colega sommelier, se desprende un aire mágico, tanto por su urbanismo como por los viñedos que sobrevivieron al crecimiento de la zona. La bodega utiliza uvas de esta zona contemplando un valor histórico, ya que los propietarios, los Genoud, son también parte del progreso de la actividad vitivinícola mendocina; el bisabuelo de Alejandro Genourd hizo grandes aportes para el mejoramiento del riego en la provincia. Desde la primera cosecha se comenzó a hacer foco en un producto que preservara la identidad del terroir de Luján de Cuyo y del Valle de Uco. Para volver a los orígenes, se enfocaron principalmente en una región histórica como es Chacras de Coria y también Gualtallary.

Un punto particular del terroir de Chacras de Coria es la predominancia de arcilla en la superficie del suelo y piedras de canto rodado en profundidad, esto permite un excelente drenaje. Las napas subterráneas del río Mendoza ofrecen un agua rica en potasio, esencial para el incremento del color de las bayas. Esto, normalmente, se manifiesta en un vino de color intenso y de gran estructura. Otro punto importante de la zona es la abundante vegetación; la misma protege a los viñedos del devastador viento zonda y mantiene una humedad óptima para la hidratación de la vid, convirtiéndose así en un microclima ideal para la producción de vinos excepcionales.

Tenemos entonces entre manos, más que un vino, un concepto que busca complementar diferentes identidades en un resultado irrepetible. Este vino de corte o blend, llamado Gran estirpe, es de producción limitada y está compuesto de 3 cepajes: Malbec 50 %, procedente de Chacras de Coria; Cabernet Sauvignon 33 %,  de Gualtallary; y Merlot 17 %.

Notas de cata

A simple vista, este tinto posee una gran intensidad de color con matices violáceos. Se observa un vino claro y brillante. En nariz tiene una gran intensidad aromática. 18 años de barricas de roble francés logran otorgar a este corte un matiz especiado dominante y mucha redondez de taninos. Es un vino que va desplegando sus atributos lentamente.Se necesita tiempo para mostrar todo su potencial; se recomienda decantar antes de consumir. Las notas aromáticas van desde los frutos rojos dulces hasta los aromas florales aportados por el Malbec. Además, se perciben aromas especiados como pimienta negra (aportados por el Cabernet Sauvignon) y entremezcladas con algunos dejos de pimiento rojo, hasta llegar a las notas de vainilla y chocolate aportadas por su paso en madera.

En boca tiene un ingreso amigable, fresco, con aromas bien marcados. Taninos maduros y redondos. Posee un medio de boca persistente, destacándose su gran estructura. Este vino acompaña muy bien carnes rojas, carnes a la parrilla, quesos duros y pastas con salsa de tomate. Es una opción ideal para los asados vacunos, los guisos, las pastas con salsas de tomate y queso, y las carnes de caza.