Siguiendo la tradición copetinera añoraba una buena ñoño; pero esta vez no la encontré. Tampoco se consigue hielo a 500, pero ofrecen una variedad de cervezas rusas de nombres impronunciables que se piden por número. La 3 (G 15.000) era una Pilsner suave y refrescante, según la etiqueta con gusto a trigo, manzana, pan y lúpulo herboso; perfecta, ni muy suave ni demasiado fuerte. El vaso, correcto; y con cada birra, un vaso nuevo para no mezclar sabores. A primera vista, ningún trago llama demasiado mi atención; un poco más de lo mismo de siempre. Al preguntar por el trago de la casa, El Cimarron (G 30.000), nuestro mozo (que sí, era su primer día) no nos supo explicar de qué se trataba, así que decepcionada, decidí no pedirlo. En cuestión de minutos, llega uno a la mesa de cortesía, y estaba tan bueno que entendí por qué el mozo no pudo describirlo. Triple sec, amaretto, jugo de piña y un licor de café hecho en casa; tan aromático que dejé mi cerveza calentándose en la mesa. Primera opción de la carta: Copetín Tres Mosqueteros (G 42.000), un trío de empanadas caseras de jamón y queso, carne y pollo, con mostaza dijon, salsa picante de la casa y chimichurri. Opción dos: Copetín Misionero (G 45.000), unos poderosos chorizos sanjuaninos y de ternera, acompañados de pan de campo y mandioca hervida, con una emulsión de la casa, salsa criolla y mostaza dijon. Una elección tentadora, pero quizás muy potente para los 30 grados que hacían. Después, el Copetin El Triunfo (G 52.000) era protagonizado por unas croquetas de pescado sobre cama de hojas verdes, mostaza dijon, salsa tártara, salsa picante y bruschettas en pan de campo al ajo y al romero. La decisión se hacía cada vez más complicada. Al final, el elegido; el Copetín Campestre (G 38.000), consistía de unas bruschettas en pan de campo y pan pita, acompañados de tapenade, pesto de tomates secos y un aioli que termine comiendo con los dedos. Los pancitos calentitos, crocantes, solo me provocaron deseos mesiánicos de multiplicar el pan y que nunca se acabe. El tamaño, justo para compartir de a dos y seguir tomando un poquito más sin dejarse ganar por el sueño. Todos los días al mediodía ofrecen platos desde 15.000 hasta 28.000; con opciones caseras de los favoritos de siempre. No traten de pedir fiado, porque hoy no se fía pero mañana sí.