Los buenos recuerdos el mar nunca puede apagar. Dirección: Cruz del Chaco esq. Cnel Du Graty T 021 602 286 Es divertido juntarnos a comer algo rico al menos una vez al día. De eso se trata la vida, de disfrutar las cosas. Es el mensaje que nos recibe al entrar por las puertas de vidrio de este restaurante nuevo en Asunción pero con larga tradición en las playas de la Costa Atlántica. Pero ojo, El Viejo Marino no es una simple sucursal, una cadena o una franquicia, la familia Marrero, oriunda de Piriápolis, hizo sus valijas y se vino entera a mostrarnos lo que mejor saben hacer. La gente siempre confunde Uruguay y Paraguay, y por primera vez, creo que a nadie le molestará. Aterrizando desde Punta del Este, ciudad vacacional por excelencia de muchas familias asuncenas, un clásico de “toda la vida” desembarca en nuestra madre de ciudades después de 30 años de veraneo sin fin. Durante toda la temporada baja, hasta diciembre y volviendo a reabrir en febrero, El Viejo Marino le dijo “hasta pronto” a las playas charrúas. Ahora sí, el Viejo se adaptó un poco al cruzar a suelo guaraní. Más elegante y minimalista, y dejando algo de lado la rusticidad de su local original. Este restaurante tienta a los comensales con sabores marítimos, conjugados con delicias de nuestros caudalosos ríos. Con múltiples texturas en blanco y negro decorando las paredes y la mantelería y grandes ventanas y espejos que reflejan la luz del día, el ambiente es sobrio y confortable. Sencillas arañas pintadas de color blanco cuelgan de los techos, y la calidez de su patio invita a celebrar una ocasión especial o a compartir con amigos. Además, cuenta con dos salones VIP para 10 personas, ideales para una reunión de negocios o una tertulia íntima y personalizada. El Viejo Marino, con sus influencias españolas y mediterráneas, es el indicado para aplacar la nostalgia de mar. Para empezar, nada como una Cazuela de mariscos (G 140.000). Otra opción es una Planchada de mariscos (G 160.000) acompañada, por ejemplo, de una Ensalada de peras, endivias y queso azul (G 60.000), placer que juega con los sentidos en su mezcla de texturas y sabores. Otra entrada son los Txipirones de la Bea, una porción generosa de calamares encebollados a la plancha con papitas a la crema y soja (G 80.000). Los arroces de Mabelita son partenaires ideales de los regalos que nos deja el mar, dándoles protagonismo y transformándose en acompañamiento sublime. Un clásico infaltable, la Paella (G 190.000) combina con un arroz finamente azafranado, calamares, langostinos y mejillones. El arroz con calamares y camarones (G 110.000) es otra opción con una salsa un poco más suave pero igual de inolvidable. No será marino, pero aquí el surubí no tiene nada que envidiar a sus amigos de agua salada. Por ejemplo, un Surubí a la mostaza de dijon es un jugador clave en el menú (G 90.000) o mi favorito, el Surubí relleno de mariscos con mozzarella o roquefort (G 140.000) que llega acompañado de dulzonas zanahorias glaseadas y papitas a la crema. Los amantes de las pastas también pueden disfrutar de un Spaghetti a la crema de salmón (G 130.000), un placer indicado para mantener el calor en estos días de frío que tarde o temprano se aproximarán. En hora del almuerzo, recomiendo echarle un vistazo a las sugerencias del chef, propuesta que varía diariamente pero ofrece tentadoras opciones como Tilapia a la florentina, con un suave colchón de espinacas y salsa bechamel (G 80.000) o un Carpaccio de pulpo (G 50.000). Si alguno de ustedes tiene hijos pequeños que devoran sin problema un plato de pescado, los felicito. Pero si no, el menú para niños ofrece opciones como Ravioles al filetto (G 60.000) o unos Nuggets con puré como en casa (G 35.000) para dejarlos contentos y mimados. De aquí, no hay quien salga sin una sonrisa dibujada en la cara. Datos Útiles Horario: Martes a Domingo, de 11 a 13 y de 19:30 a 01 Best Buy: Txipirones de la Bea (G 80.000) Delivery: No.