28 de Marzo de 2024
Lourdes Galeano: modelo a sentir

lourdes galeanoLa cita con Lourdes se da en mi lugar preferido de Asunción, y automáticamente pienso que va a caerme genial. Llego y la encuentro bajo las malvecinas, en ese rincón escondido que también siempre elijo cuando visito Alma Zen. “Sí, este almuerzo promete”, me digo a mí misma, y me presento. Me llaman la atención su sencillez y su belleza; sin una gota de maquillaje y con una delicada blusa blanca, refleja, además de una evidente seguridad, un estilo que se siente genuino y que la hace brillar solita, solita, sin accesorios de por medio.

Oriunda de Ciudad del Este, llegó a Asunción hace tres años y comenzó a estudiar –después de incursiones en bioquímica y nutrición– la carrera de técnico gastronómico. Aquí trabaja como coach nutricional y modelo publicitaria, sus dos grandes pasiones. “Comencé bioquímica porque siempre quise mezclar cosas, y dejé nutrición porque me aburrí de hacer comida para enfermos”.

Nuestra charla va hacia lo gastronómico ni bien van llegando los platos. Decidimos compartir un Buddha Bowl y una secuencia completa, ambas especialidades diarias de la casa. El primero, una mezcla amorosa de porotos rojos con cilantro, bolitas de arroz basmati con semillas de sésamo, repollo morado, zapallitos al vapor, rabanitos y germinados de porotos mung; todo eso, con una rodaja hermosa de pan de campo de masa madre. Con un tenedor cada una, fuimos “picoteando” mientras nos adentrándonos más en sus hábitos alimenticios.

“No me encasillo ni con vegetariana ni con vegana. No me gustan las etiquetas”, comenta, explicándome su filosofía para con la comida. “No consumo nada de origen animal, tampoco compro nada… Pero si salgo, podría llegar a comer algo”. Según su percepción, Lourdes alimenta su cuerpo, su mente y su alma, intentando siempre equilibrar y conectar las tres, por lo que en la mayoría de los casos opta por ingredientes saludables y en su mayoría crudos. Describe el comer como una acción energética, la pieza clave que logra el balance de cada persona, y eso, hay que honrarlo y respetarlo.

Llega la secuencia, y cada plato es más lindo que el anterior. Como entrada, un ceviche colorido de vegetales; choclo, cebolla morada, manzana, apio, aguacate y perejil. De fondo, zucchini relleno con albóndigas de lenteja y salsa roja, acompañado de un tabouleh de quinoa. Y, por último, un flan de coco, kiwi y arándanos, completamente sugar y gluten free. Con el mismo método de un tenedor cada una, degustamos plato por plato, sabor por sabor. Otra cosa que llama mi atención es que sabe perfectamente cuándo parar; a diferencia de quien les escribe, Lourdes maneja a la perfección ese límite entre estar realmente satisfecho y comer por comer.

En su rol de coach nutricional, se enfoca en la reeducación alimentaria, donde, de forma natural, instruye y asesora a sus pacientes hasta desarrollar un hábito. “Enseñar sin imponer”, dice. Ella se adapta al tipo de persona y trabaja en conjunto; a una persona relativamente lenta, ordenar su heladera y sus comidas diarias podría tomarle hasta cuatro meses, mientras que con alguien más rápido, una semana. “Lo importante es encontrar tu propio ritmo”. Entre las funciones que desempeña, está la organización completa de un horario de comidas con días específicos para las compras, cocinar una vez por semana un grueso de platos (hamburguesas, croquetas y básicamente todo lo que se puede congelar) y el estudiar cómo cada persona come y cuál es el vínculo sensible con la comida, para intentar sanarlo y sacarle así el mejor provecho, tomando en cuenta tres aristas principales: el tiempo, la economía y las necesidades tanto físicas como emocionales.

flan de coco, kiwi, arándanosCuando de cocinar se trata, se la reconoce por usar especias fuertes, y le encanta incursionar en comidas mexicana, árabe e hindú. Para la primera, su especialidad son el guacamole con batatas asadas y los burritos, siendo estos una mezcla de tofu, zucchini y frijoles refritos. En el caso de la segunda, el falafel es plato más que obligatorio. Y la tercera, legumbres con curry y arroz basmati.

El sabor es clave en los alimentos. Para ella, el que sean saludables no significa en absoluto que deban ser insulsos.

Lourdes es una mujer sensitiva; alguien que desarrolla su intuición volviéndola percepción, un ejercicio que la ayuda todos los días para desempeñar mejor su trabajo, independientemente del rol que esté cumpliendo. Un alma versátil que tiende al análisis y a la información.

Una persona que tiene muy en cuenta el estado de ánimo y sus conexiones con lo externo y cómo se puede mejorar todos los días con los estímulos correctos. Hablar con ella fue todo lo que imaginé, y sentir afinidad con sus ideas y su labor, un regalo inesperado.

2 de Mayo de 2018

Alacarta

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