[unitegallery Pancia_Piena_donde_la_pizza_es_en_serio_no_en_serie]
Sin cartel ni fachada que la distinga del resto de las casas del barrio, Pancia Piena es una joyita escondida en una esquina. Al pasar adentro, la combinación de ladrillos vistos y madera oscura crean un ambiente rústico. Adentro o en el patio exterior, la escenografía invita a comer sin mucha ceremonia ni formalidad. El menú, simple y sin pretensiones, nos ofrece justo lo que queríamos: pizza.
Fátima y Elido Ghiglione, junto a sus tres hijas, son los maquinistas de esta fábrica de placeres culinarios. Desde hace cinco años, Panza Piena funciona bajo una simple premisa, la pizza no tiene ciencia. Con ingredientes frescos, la receta de la masa perfecta y un poquito de amor, esta pizzería vuelve a los sabores auténticos revalorizando la simplicidad de una pizza que nace en Italia pero migra y se mimetiza a nuestros suelos latinos.
Alejada de los conceptos de pizzerías estilo fast food con 200 sabores, la especialidad de la casa es una, pizzas a la parrilla que doran la masa y perfuman con sabor a campo, combinando ingredientes que se complementan en su sencillez y calidad.
Para arrancar la noche, el primer paso obligado es una finita y crocante focaccia (G10.000 la grande, G 15.000 la familiar) coronada con un generoso chorro de aceite de oliva y la cantidad justa de orégano, acompañada de su media naranja, por supuesto, una cerveza bien helada.
¿La indiscutible número uno del menú? La pizza de rúcula y roquefort (G60.000 la grande, G 95.000 la familiar) combina salsa de tomate natural, mozzarella, una buena cantidad de frescas hojas de rúcula coronadas con trozos de queso roquefort.
Le sigue en popularidad la pizza Adán y Eva (G 65.000 la grande y G 100.000 la familiar) con manzana verde, mozzarella, roquefort y hojas de kuratú picado. Por una porción de esta pizza, vale perderse la tierra prometida.
Otro sabor, la pizza Mexicana (G 60.000 y grande G 95.000) con salsa de tomate, mozzarella, cebollas cocinadas con ají picante en aceite de oliva y el ingrediente estrella, finas lonchas de panceta ahumada. Quizás no sea el sabor más tradicional, pero ¿quién puede resistirse a una pizza picante, con panceta encima? Para no dejar de lado a un clásico de clásicos, es menester mencionar a la querida Cuatro Quesos, (G. 65.000 la grande, 100.000 la familiar) un experimento científico que comprueba la hipótesis de que en el mundo no existe nada mejor que el queso.
Si la pizza te cansó (si tal cosa es humanamente posible) los jueves la casa ofrece un especial de gastronomía árabe y libanesa, llevando desde la casa de los Ghiglione las delicias que acompañaron su historia familiar..