Me enamoró con dos semillas de cacao”, dice ella. “No, primero con un germinado de alfalfa”, corrige él. Federico Conde, argentino, y Estrella Cabilla, mexicana, se conocieron en un taller de Pan Esenio(1) que daba él en Marbella, España, y de ese momento al año siguiente se enamoraron y comenzaron a compartir una experiencia de vida. Desde entonces viajan juntos, siguiendo las estaciones de calor y de abundancia, sembrando y cosechando conocimientos sobre alimentación viva y agricultura ecológica en países como Argentina, España, México, Uruguay y, ahora también, Paraguay.

Juntos integran, y expanden a otras latitudes y voluntades, el equipo que han llamado “Vigeo: Nutrición Biogénica Evolutiva”. Se describen como “grupo de seres que trabajan en pro de la expresión creativa del reino vegetal y el reino animal, concientizando sobre permacultura integral, nutrición pitagoreana, y agricultura ecológica”. Se especializan en producción de germinados de semillas puras y alimentos deshidratados.

“Vigeo es el origen de la palabra latina “vegetus”; algo que es poderoso. Más allá que hoy en día se establece una relación de esta palabra con el vegetarianismo, es alguien que tiene el poder de las plantas, o que irradia esa armonía o esa belleza, o ese amor”, dice Federico.

El destino los ha traído a Paraguay, más específicamente a los talleres de “Alma Zen: tienda de alimentos saludables y cocina de transición”, último proyecto de Carlos Díaz Meyer, quien también dirige el servicio de distribución de productos orgánicos “De La Huerta Orgánica”. Están aquí para difundir las temáticas de Vigeo y para dar talleres sobre germinados, alimentos deshidratados y quesos veganos. “Al mismo tiempo realizamos una recopilación etnobotánica. Queremos saber de qué consta la tradición del terere, documentarla, exponerla, darla a conocer a otros Vigeos o nuestro grupo de seguidores a través de las redes”, cuenta Federico.

Ambos se declaran apasionados del mamón (papaya) que, aunque no es un fruto autóctono, encontraron aquí en abundancia. “Comemos todos los días papaya en el desayuno, en el almuerzo y también a la noche”, dice Estrella sonriendo. También encontraron que la exquisita nuez macadamia, de producción nacional, es bastante barata en comparación a otros lugares donde estuvieron.

Alimentación viva o pitagoreana

“Hacele probar tu ricota”, grita desde la cocina Jazmín Coronel, cocinera de “Alma Zen”. Estrella, que en el equipo de Vigeo se ocupa de la cocina y la creatividad, nos ofrece una cucharada de queso de almendra fermentada que sabe increíblemente similar a una ricota original. “Lo vamos a poner como yogur de almendras, con un dulce de mangos, porque todavía no está aderezado”, dice Estrella. “Nosotros lo hacemos en México con Zapote Mamey, un fruto naranja y muy cremoso que al mezclarlo con el yogur queda muy bien”, continúa.

La cocina de Estrella es una cocina colorida, rica en formas, en sabores y aromas naturales. “Trato siempre de meter hojas verdes a todo lo dulce para que los niños se animen a comer”, explica, mientras nos ofrece una de sus creaciones: hojas de acelga con pasta de pasas de uva, sésamo y jengibre. Se llaman “Verdulces”. Al mismo tiempo saca del deshidratador una plancha rectangular de puré de mango con hojas de menta. “¡Qué lindo el mantelito!”, comenta nuestra fotógrafa Laura al verlo, y sin querer le bautiza con un nombre: “mantelito de mango”. (...)

El resto de la nota en la edición impresa de alacarta #81.