Este nuevo arribo a Paraguay, de una bodega que nos tiene acostumbrados a vinos de excelencia, es expresión de una tendencia que se viene imponiendo cada vez con más fuerza en los vinos del Nuevo Mundo; el vino de terroir. El trabajo que las bodegas llevan a cabo para lograr vinos distintos, implica una investigación de terruños, de lugares precisos que desarrollen nuevas expresiones en el vino.
Luego de 10 años de intensa búsqueda, Felipe Tosso, enólogo jefe de Viña Ventistquero y John Duval, reconocido enólogo del sur de Australia, dieron vida a un Cabernet Sauvignon que se coloca como nuevo ícono de la bodega. Presentado por los enólogos como “un vino complejo, estructurado y elegante, que refleja los aromas intensos y el cassis de Maipo Alto. Enclave, el hallazgo de Alto Maipo”. La vinicultura chilena comenzó hace más de 150 años en el Maipo, cuna del Cabernet Sauvignon y terruño que se mantiene líder cuando hablamos de esta tradicional cepa.
Tosso y Duval lograron una mezcla compleja y elegante que se acerca a las de Bordeaux, para lo cual fue fundamental la zona de Maipo Alto. Ningún otro lugar en Chile presenta las características de Maipo Alto, con cultivos en laderas, días calurosos y noches frías, lluvia moderada en las épocas de cosecha y, lo más importante, suelos aluvionales que permiten un buen drenado e imparten alto contenido de mineralidad a los vinos. El lugar el elegido fue Pirque, un lugar que se nutre de la influencia de la cordillera de Los Andes y del río Maipo, con oscilaciones térmicas más extremas que el valle central y la costa. Estas condiciones entregan un Cabernet Sauvignon de sabores más frescos, gran estructura, taninos firmes y elegantes.
La mezcla
John Duval no estuvo satisfecho hasta que encontró el cassis y la definición tánica que buscaba. Sabía que sólo así podría lograr la estructura y complejidad que para él definen un buen Cabernet Sauvignon. Asumiendo la complejidad de la uva chilena, los enólogos definieron que este Cabernet Sauvignon debía tener una mezcla distinta: clásica, pero con identidad chilena. Una mezcla que considerara Petit Verdot, Cabernet Franc y Carménère. Sólo así podrían ser fieles a su idea original.
En palabras de Felipe Tosso: “La esencia de Enclave está relacionada con Pirque. Con la altura, la cordillera, los vientos y las piedras que abundan en este paisaje único en el que las montañas parecieran envolver al río Maipo. Enclave es un vino que pensamos durante mucho tiempo, teníamos el concepto y los gustos que queríamos lograr en la cabeza, pero no se concretaron hasta que nació Enclave. Fue un largo viaje, pero muy sólido. Hoy puedo decir que degustar una copa de Enclave es un desafío a los sentidos, un reto a descubrir el misterio de su origen”.
Comentarios del enólogo:De color rojo profundo y oscuro, con aromas a frutas rojas como ciruelas y guindas, con toques de cassis, pimienta blanca, tierra húmeda, y algo de frutos negros. Complejidad aromática muy interesante. En boca es un vino elegante, de buena estructura, taninos firmes y sedosos a la vez. De larga persistencia, Enclave ofrece distintas capas de sabores gracias al aporte de las diferentes cepas involucradas.
En
Edesa. Prof. Conradi 1690 y Avda. Eusebio Ayala. Tel. 021 501 652