29 de Marzo de 2024
De tragos por São Paulo

¿Estás de paseo por São Paulo y te apetece salir a tomar unos buenos tragos? Seleccionamos cuatro bares de la metrópoli que ofrecen experiencia, calidad y un vasto menú de tragos. Desde lo más clásico a lo más osado, las opciones son incalculables y la alquimia de las mezclas promete un resultado muy predecible.

SUBASTOR

Con atmósfera underground, el Sub coquetea con lo moderno y, al mismo tiempo, rescata el clásico ambiente de los cocktail bars norteamericanos. Allí, el rey es el barman, que prepara lo mejor de la coctelería vintage, en conjunto con lo más actual y vanguardista del universo de la mixología. Este es el punto fuerte y marcante del local, su carta de cócteles de autoría propia, que reúne creaciones exclusivas que exhalan creatividad.

Al frente del bar desde el 2013 está el italiano Fabio la Pietra, quien estuviera a cargo del opulento bar, premiado con el título de mejor bar de coctelería en Londres: Montgomery Place. Desde que desembarcó en el sótano del Astor, acumuló un gran número de galardones.

La carta actual de cocteles está compuesta por 24 creaciones, con sabores y aromas que remiten al tropicalismo, preparados con destilados latinoamericanos como el ron, tequila, mezcal y  cachaça.

SubAstor

Rua Delfina, 163 - Pinheiros

RIVIERA

Inaugurado en 1949 y ubicado sobre la emblemática Avenida Paulista, el bar vivió su apogeo entre 1958 y el final de la década de los 70. En 2006 cerró sus puertas; sin embargo, siete años después reabre bajo el liderazgo del chef más premiado del Brasil: Alex Atala.

Como el principal atractivo de la casa son los cocteles, estos merecen especial atención. Sugiero comenzar con el Rivierinha: vodka, açaí y lichi (fruta tropical originaria del sur de China). Es una combinación un tanto osada, pero muy sabrosa al paladar; el West Side es una mezcla de vodka, menta y limón siciliano. Otro de los tragos bienaventurados es el Famous Avenue, ron, borbon, limón siciliano y jarabe de arce.

Riviera

Avda. Paulista, 2584 -  B. Vista

LE JAZZ PETIT

Le Jazz Petit sigue la línea de los cocktail bars experimentales. El local dispone de una selección de 40 cocteles que representan las distintas etapas del jazz, además de los clásicos y de creación propia.

El proyecto hace honor a su nombre y comenzó con la necesidad de alquilar el pequeño inmueble anexo al restaurante Le Jazz, de los mismos dueños del bar. Según comenta el chef Chico Ferreira, la propuesta es justamente esa: ser uno de los bares más pequeños e intimistas de la ciudad. El Jazz está presente en casi todos los rincones visibles del bar y, obviamente, en los oídos también.

Comprimidos pero alegres, los que frecuentan este bar apuntan a su especialidad: los cocteles. Entre ellos el blood and sand (whisky, licor de cereza, vermut tinto y jugo de naranja). Otro trago que sale bien y sorprende por sus ingredientes es el Billie Holiday (tequila, vermut, Aperol, puré de pepino, licor de naranja y limón).

Le-Jazz-Petit

Rua dos Pinheiros 

FRANK BAR

Este es el bar que más galardones ha recibido de la prensa especializada en São Paulo y, actualmente, detiene los premios de mejor bar y bartender de la ciudad. Funciona en la planta baja del célebre Maksoud Plaza Hotel, y su nombre es un homenaje  a “La Voz”, Frank Sinatra. 

La carta de cocteles está dividida en tres secciones: clásicos, relectura de clásicos y autorales. En la primera categoría están el Corpse Reviver (Calvados Père, Magloire, Martel VSOP, Carpano Classico) y el White Lady (Gin Siderit, Grand Marnier y limón siciliano).

Una excelente relectura es el Martínez de Spencer, hecho con gin Tanqueray Ten, Carpano Classico, Luxardo Maraschino e Angostura. Por supuesto que en la carta figura el clásico Martini; sin embargo, aquí lleva gin Beefeater, Martini Extra Dry, Bitter Truth Orange.

De los autorales es recomendable “El Grito de Dolores”. Lleva Tequila 3 Generaciones, infusión de hojas de limón kafir, reducción de aceto balsámico con frutillas, Briottet y crema de cassis.

Frank-Bar

Alameda Campinas, Bela Vista

27 de Noviembre de 2017

Rodrigo Silvero

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