Me llegó una invitación para degustar comida italiana y enseguida pensé en una deliciosa pasta, una sabrosa pizza o incluso una potente lasagna que tanto me encanta. Pero apenas llegué a Estero Bellaco el viernes por la noche, solamente con cruzar la puerta me di cuenta de que la invitación significaría mucho más que “solo eso”. Se trataría de una experiencia completa, en un contexto único, con una esencia histórica y un gran sentimiento familiar.
Para entender su presente me resulta imposible no hablar de su pasado. Estero Bellaco está en el Centro Histórico de Asunción, frente al Hospital Militar. Resulta que el local funcionó en 1880 como una fábrica de velas y fósforos para iluminar la ciudad. 20 años después llegó la energía eléctrica y la fábrica cerró.
En 1908, un inmigrante italiano llamado Pietro Camilo Genovese compró la propiedad para transformarla unos años después en lo que fue una de las primeras fábricas de hilados y tejidos del país. Allí hacían lonas para sillas, uniformes, carpas, vendajes y otros elementos necesarios para los combatientes de la Guerra del Chaco. Con el tiempo la producción de algodón fue disminuyendo al punto que en 2002 debió cerrar sus puertas.
Así, Estero Bellaco pasó 15 años en desuso total hasta que en 2017 Tatiana Genovese, bisnieta del italiano Pietro, tomó la administración de la propiedad y lo transformó en un núcleo cultural para colectivos artísticos. Allí se hicieron eventos, producciones, exposición de cuadros, desfiles, actividades privadas, e incluso se celebró La Bienal Internacional de Asunción.
Y con todo este preámbulo al fin llego a lo que nos compete. En julio de 2020, Estero Bellaco abrió en esa misma infraestructura patrimonial industrial su propio restaurante, un local de comida italiana con la participación del empresario italiano Massimiliano Corsi como responsable de la propuesta gastronómica.
Hay unas pocas mesas bien distribuidas a lo largo de la gran fábrica de hilos. Nos encontramos sentados en medio de unas gigantescas retorcedoras textiles con una ambientación de música italiana de los años 60, perfecta para ese momento.
Mientras definimos el plato de fondo, nos llegan a la mesa algunos bocados fríos como unas sabrosas medialunas con ricota y panceta, brusquetas de ricota y perejil, unos tramezzini con tomate y huevo y otros con tomate y atún, y una focaccia a la Genovese con brócoli y chorizo. Habiendo entrado en calor, decidimos pasar a lo importante.
Nos pedimos dos pizzas al tatakua muy distintas: una con salsa roja, muzzarella, panceta, queso azul y rúcula, y la otra fue una “pizza bianca”, sin salsa de tomate pero muy sabrosa gracias a la combinación de varios quesos distintos y algunos ingredientes como anchoas y atún. Lo más interesante es que el local tiene cocina abierta y las pizzas se preparan a gusto del consumidor. También tienen un buen menú de pastas a la carta que no llegamos a probar (para ese momento ya nos habíamos dado una panzada) pero que seguro son deliciosas.
Recomiendo acompañar la comida de un buen vino italiano. Ofrecen etiquetas de las bodegas Gaierhof, Terre dei Savoia, Boeri, Montepulciano D’Abruzzo y Arbos. Además se puede optar por un Proseco Doc Extra Dry VSAQ o por tragos como el Aperol Spritz, Campari Orange o la estrella de la casa, el trago Estero Bellaco a base de Carrulim.
Para el postre nos pedimos medialunas rellenas de guayaba y otras con dulce de leche. Increíble. También ofrecen tiramisú, torta alla panna, ensalada de frutas con chantillí, helado, profiteroles al cioccolato y muchas opciones más.
Te invito a acercarte a Estero Bellaco 302 y dejarte transportar a la historia textil de Paraguay y a la antigua Italia. Te vas a encontrar con un ambiente cálido, ameno y con iluminación tenue. Los viernes son de aperitivo, a partir de las 19h podés disfrutar de una degustación de platos italianos a la mesa y una copa de vino o un trago por G 60.000. Los sábados al mediodía son perfectos para degustar varios sabores de brusquetas, duo di pasta del chef y postre por G 60.000 o sino a la noche podés aprovechar la degustación de antipastos, variedad de pizza gourmet non stop y una copa de vino desde las 19h por G 75.000.
Animate a vivir esta experiencia.
Allí cumplen con todos los protocolos sanitarios establecidos a raíz de la pandemia del COVID-19.
Contacto: Tatiana Genovese – 0981 288 851.
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Fotos gentileza de Mónica Matiauda @monicamatiauda