La famosa casa vitivinícola española Freixenet, cuyos viñedos se encuentran en una región con denominación de origen llamada Cava, fue anfitriona de una noche de cata donde las copas se llenaron con los delicados espumosos.
Tengo una particular relación con Freixenet, mucho antes que los etanoles desarrollaran mis sentidos del gusto y del olfato; Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, que representaba a un perrito de estilo cubista sosteniendo el cava, fijó su imagen en mi memoria.
Esta reminiscencia infantil se vuelve constante cada vez que descorcho un espumoso Carta Nevada, el mismo que sostenía Cobi en sus manos. La inconfundible botella dorada, lanzada en 1967, sigue tan deslumbrante como siempre. Este mismo vino fue el que, días pasados, degustamos como bienvenida en una cata organizada por la importadora AJ S. A.
“Este semiseco elaborado con el método tradicional representa fielmente las variedades típicas de la región D. O. Cava, como macabeu, xarel·lo y parellada”, dijo Oscar Olivera del Club del Sommelier, quien fue nuestro mentor durante el evento. Describió, con exactitud técnica, el milagro del dióxido de carbono para convertir el mosto en burbujas.
¡Pum! El inconfundible sonido del corcho al destapar la botella preparó de nuevo el terreno (el paladar), para un nuevo vino, esta vez fue el Cordón Negro, uno de los productos más emblemáticos de Freixenet. La oscura botella contenía un delicioso caldo caracterizado por aromas finos y delicados, predominando las notas de fruta verde (manzana y pera) ligeros matices de fruta tropical madura (piña) y fondos cítricos de hierbas frescas.
La segunda tanda
Luego de unos sushis de por medio, Oscar abrió un escaparate y extrajo una elegante botella con un escudo plateado. Se trató de un cava de alto nivel, el Seguras Viudas gran reserva (bodega que pertenece al grupo Freixenet), que está elaborado exclusivamente con vinos de las mejores añadas de las variedades macabeo y parellada. Su alto porcentaje de macabeo permite conservar más tiempo su juventud durante larga crianza. En boca es potente, elegante al paladar, con un final largo y agradable.
Seguidamente, llegó a la mesa el cava Brut Rosé, un vino rosado considerado por muchos un clásico, y me incluyo, ya que nunca falta en las celebraciones familiares. Está elaborado a partir de las variedades de uva trepat y garnatxa. Sus notas conservan su frescura con suaves aromas florales y de frutas rojas, muy característicos de los vinos rosados de la región.
Por último, disfrutamos del Freixenet Ice, la nueva incorporación que hizo AJ S. A. a su portfolio. Este vino es un assemblage creado especialmente para la coctelería. Según nos comentó Oscar, se puede tomar con hielo y, a la vez, puede convertirse en un mixer perfecto para cocktail, yo sugiero tomarlo con una frutita de litchi dentro de la copa. Tiene un atractivo color amarillo verdoso con finas y elegantes burbujas combinadas con aromas a pera madura, flores y un toque de frutas tropicales. En boca es cremoso y dulce con un prolongado final.