18 de Abril de 2024
La Mafia en la Habana no comía espagueti

La Mafia en la Habana no comía espagueti

(En la foto: "Lucky" Luciano)

El comienzo de las operaciones de La Mafia en Cuba se remonta a los tempranos años treinta, con el tráfico de alcohol entre las costas de Cuba y la Florida, con el fin de abastecer parte del mercado clandestino determinado por la ley seca en el territorio norteamericano. Las condiciones para un seguro comercio ilegal entre ambos territorios fueron pactadas entre el gobierno de facto del coronel Batista, que gobernaba a Cuba en esa época, y por Meyer Lansky, tesorero de la Mafia y hombre de confianza absoluta en ese entonces del “capo di tutti capi” de Nueva York, Charles “Lucky” Luciano.

Previendo las ventajas de tener un cuartel general en Cuba del crimen organizado, dadas por la cercanía de Cuba al territorio de EEUU, la tolerancia, el soborno y la protección que brindaban las autoridades de la Isla a sus planes de negocio, rápidamente se crearon las cuatro “familias de La Habana”. Dirigidas por el corso Amleto Battisti, don Amadeo Barletta, Santo Trafficante (padre) y el mismísimo Meyer Lansky, quien siendo tesorero de la organización actuaba como coordinador de este travieso grupo. Centros turísticos (hoteles), inmobiliarias, bancos y casinos de juego, fueron sus primeros objetivos.

Después vinieron otros más pecaminosos. Los estudiosos del tema dicen que desde los años treinta hasta finales de 1958, no se produjo un evento de magnitud política o de gran negocio, en el cual las manos de Lansky no estuvieran en las sombras. Meyer Lansky instaló su cuartel general en La Habana, en La suite 829 del histórico “Hotel Nacional de Cuba”; desde allí dirigiría con mano de hierro su imperio mafioso en Cuba. Hombre de gran inteligencia práctica, persuasivo y de refinadas costumbres, siempre fue un apasionado de los “frutti di mare”. Testimonios brindados por su ayudante-chofer, durante los años de mayor esplendor de la “Fabulosa Habana”, nos dicen que sentía especial predilección por los mariscos y los pescados frescos (... y los pecados). Comía siempre en restaurantes de alta cocina y de especialidades marinas. El más acostumbrado a sus visitas era uno situado junto al litoral habanero llamado “Las Culebrinas”, donde degustaba el camarón, mas a su gusto - solo hervido y con limón- .

Era frecuente su presencia en “La Terraza de Cojímar” para saborear un “Arroz a la Marinera” o una “Langosta Mariposa”, lugar este también preferido por Hemingway, pero nunca se encontraron. O en “El Castillo de Farnés”, especializado en mariscos y comida española, donde habitualmente comía una “Paella especial”. Estos lugares los frecuentaba con sus hombres de confianza, para ultimar negocios o próximas estrategias. Y para ocasiones especiales un discreto y lujoso restaurante de un judío llamado Boris, al cual solo se podía acceder mediante reservaciones, dedicado a la cocina internacional y el restaurante “El Monseñor”, de refinado estilo francés y exquisitas preparaciones de mariscos. Se tiene constancia de que cuando no visitaba un restaurante específico por una razón “profesional”, desayunaba y comía en el lujoso “Salón Aguilar”, restaurante principal del “Hotel Nacional”.

Revisando la carta-menú de la época de ese lugar, podemos cerciorarnos que en la misma no aparece ningún plato tradicional de la cocina italiana. Se ofertaba un menú internacional. En otras ocasiones Meyer pedía su comida al servicio de habitaciones. Otro de los “capos”, Amleto Battisti, compró el hotel “Sevilla Biltmore”, donde fijó su residencia. Lo remodeló e instaló, en su última planta, un lujoso restaurante y cabaret, complementos de su espléndido casino. En la carta-menú del restaurante, no se ofertaban platos italianos. Renglón aparte merece el caso del famoso “Lucky” Luciano y sus andanzas tropicales.

Al concluir la II Guerra Mundial, como parte del compromiso del Gobierno norteamericano con La Mafia neoyorquina por los servicios que prestaron los sindicatos de los muelles bajo el control de esa organización, en la rápida descarga de los buques que entraban y salían de esa terminal marítima, desde o para Europa, se procedió a liberar a Luciano de una condena que cumplía por tráfico de drogas, proxenetismo, juego ilegal, etc., etc... “en reconocimiento a los servicios prestados a la democracia norteamericana”. Fue deportado de forma definitiva a su Sicilia natal.

Pero “Lucky” no se resignaba a estar tan lejos de su imperio criminal en Norteamérica. Deseoso de volver a las andadas y salir del estrecho margen que tenía en Italia para sus planes futuros, urdió una evasión a su exilio forzoso, para lo que trama con su lugarteniente Meyer Lansky, celebrar una “cumbre” mafiosa en la “Esplendorosa Habana”, con el fin de discutir y definir su liderazgo, caminos a seguir y deudas a saldar.  La reunión se fija para el mes de diciembre de 1946, en el “Hotel Nacional de Cuba”.

La Mafia en la Habana no comía espagueti

Según narra en su libro “El Imperio de La Habana”, Enrique Sirules, después de efectuar un complicado periplo por distintos países para despistar a las autoridades de inmigración y el FBI, Luciano, finalmente arriba a Cuba a principios de diciembre, por la ciudad de Camagüey, en la región centro oriental de Cuba. Allí es recibido por Lansky e invitado a una cena por un acaudalado político de la zona.

Es esta la ocasión primera en que “Lucky” choca con la comida cubana y lo hace por todo lo grande. Fue una gran típica cena criolla con frijoles negros, arroz a la marinera, ensaladas criollas, aguacate y piña y jugosos pedazos de carne de cerdo asada. Al día siguiente se traslada a La Habana al Hotel Nacional y ocupa la suite 724 donde desde sus ventanas se extasía con el paisaje lleno de palmeras y de mar y a 90 millas de EE.UU. La llamada “reunión de La Habana” fue el más grande de todos los conciliábulos mafiosos norteamericanos; a ella acudieron representantes de todas las “familias” y territorios, algo de ello se ve en la película “El Padrino II”, pero la ficción no superó a la realidad. La reunión se efectuó del 22 al 26 de diciembre de 1946, en el ballroom del hotel.

Para esa celebración y, como invitado especial concurrió Frank Sinatra (La Voz), quien rindió especial homenaje a su mentor Luciano. Al respecto en el referido libro, Sirules apunta que: Durante los días de recibimiento y despedida de los “ilustres” asistentes, no se pedían ni caviares ni champañas, sino exquisitos enchilados de Cangrejos o Cobos, Pechugas de Flamenco al horno, estofado de Carey y asados de Tortuga con zumos de limón y ajo; Langostinos de Cojímar, Ostiones de Sagua, lascas de pescado Emperador al grillé y exquisitas chuletas de venado a la parrilla; además del exotismo de degustar carne de Manatí, especie oriunda de Cuba y en estado de extinción.

Toda esta orgía gastronómica -nada italiana-, se hacía acompañar de excelentes rones añejos cubanos, heladas cervezas del país y de los sin rival, habanos Montecristo. Es indudable que después de las complacientes digestiones que comportaban esas comelatas se podían tomar las decisiones más complejas a entera satisfacción. Después del éxito de esta “histórica cumbre”, y ratificado como jefe del imperio mafioso, Luciano siguió prendado de la “Bella Habana". Recorría a diario los más lujosos cabarets, restaurantes, hipódromos y otras dependencias de sus negocios, acompañado por bellas damas de cosecha nacional o extranjera. Fue tan desenfrenada y pública la vida del capo de tutti capi, que tanto las autoridades cubanas de entonces, como el FBI, ejercieron sus buenos oficios para “salir” del capo, por alguna vía, a pesar de las presiones que ejercían los grupos mafiosos de Cuba en favor de su jefe.

Después de innumerables escaramuzas legales, entre el gobierno norteamericano y el de Cuba, un mediodía a la salida de un restaurante de comida criolla, en el barrio del Vedado de La Habana, fue arrestado para su deportación a Italia, Charles “Lucky” Luciano, así tuvo su última cena o almuerzo en la “Esplendorosa Habana”.

Indudablemente, su gusto por la comida cubana le pasó factura a uno de los gánsters más famosos de la historia de La Mafia. (...)

12 de Junio de 2014

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