Argentina, todos sabemos de la calidad de sus vinos, cuenta actualmente con 198.220 hectáreas de viñedos plantados. Es el 7mo. productor mundial, 7mo. en superficie plantada y 10mo exportador mundial de vinos. Todos hablan de Mendoza y San Juan (conocida como la región de Cuyo) donde se concentra más del 90% de la producción de vinos de ese país, pero Argentina es mucho más que esas dos zonas vitivinícolas. Los paraguayos conocemos y visitamos fácilmente la provincia de Salta que cuenta con menos del 2% de la superficie de viñedos argentinos plantados. Cafayate -por su cercanía- es uno de los destinos turísticos más apreciados por los paraguayos que desean conocer bodegas y sobre todo, por el valor de la moneda argentina que en este momento lo convierte en un lugar bastante accesible. Mendoza es el deseo de muchos, pero es más difícil el acceso y las bodegas TOP son bastante costosas, aunque certifico que valen su precio.
Pero como dije, Argentina es más que eso, el 8% restante de su producción de vinos de calidad está en regiones para muchos consideradas remotas, y la verdad es que lo son. Regiones 100% desérticas donde uno no imagina que allí puede crecer la vida. Este milagro se produce a través de la tecnología del riego por goteo, gracias a la cual en estas regiones donde ya existían viñas centenarias, las pequeñas chacras de vinos pateros pudieron convertirse en bodegas importantes con presencia de sus vinos en el mercado argentino e internacional.
Me sorprendió mucho el entusiasmo de los nuevos proyectos de viticultura en La Rioja. Ya están dando muy buenos vinos pero, seguramente en el futuro, cuando las viñas tengan un poco más de edad madura, producirán vinos increíbles. Esta región tiene 6.337 hectáreas plantadas (3.26% del viñedo argentino) principalmente Malbec y Torrontés en mucho menor cantidad. Bodegas como Catena Zapata están invirtiendo grande en el DO Chañarmuyo, uno de los oasis de esa provincia, donde sobresale la Bodega Chañarmuyo, la percusora y sobre todo aventurera en plantar vides en esa región hace ya casi 20 años. Chilecito es otra zona que ofrece vinos muy interesantes allí descubrí la Bodega Vistandes con un Blend Carménère-Malbec delicioso. La Rioja ofrece todo tipo de vinos, tintos jóvenes, tintos de cuerpo, blancos, rosados, espumantes y hasta vinos dulces (cosecha tardía de gran calidad). Quedé entusiasmado con descubrir la región y sus vinos.
En esta provincia, son 2.497 las hectáreas de viñedos (1.28% de la superficie plantada argentina). Es un gran desierto con pequeños proyectos súper interesantes. Uno recorre km a km y de repente, a lo lejos, ve una mancha verde. Hay vida. Viñas como en el pueblo de Tinogasta, donde hay un proyecto llamado Bodega Veralma, que produce vinos de gran calidad, sobre todo diferentes al paladar de conocedores y llamativos por sus aromas y paleta de sabores. Recorriendo 50 km más llegamos al pueblo Fiambalá donde está la Bodega Don Diego, especialistas en Syrah, mi cepa preferida, y no solo eso, esta bodega fue a buscar diferentes clones de la cepa Syrah lo cual la hace única en Argentina y creo yo, única en el continente.
Arrancamos más al sur en la provincia de La Pampa, considerada por ley Patagonia. ¿Vinos allí? si solo tiene 312.2 hectáreas plantadas repartidas en 3 regiones. La localidad de 25 de Mayo con 160has en Bodega del Desierto y 150has entre Santa Rosa y Casa de Piedra. Como ven es muy pequeño, pero el entusiasmo de los productores es enorme. Pocas bodegas pero vinos muy interesantes, como el caso de Bodega Quietud, los vinos de Bodega Lejanía, un exquisito Caberent Franc, el vino Ocre Blend y varias otras micro bodegas con vinos a descubrir. Lástima que son pequeñísimas y solo abastecen el mercado provincial, llegando algunos al mercado interno argentino. Aquí está claro Bodega del Desierto es líder, con excelentes productos y visión de exportar al mundo los vinos de Patagonia.
Ya más al sur, adentrándonos en la Patagonia, realmente un valle, entre dos enormes plataformas de desierto, corren los ríos Neuquén y Limay, formando estos dos, el Río Negro. En esta región en el sur de Argentina, no solo se extrae petróleo del Yacimiento “Vaca Muerta” el mayor del país, sino que en la provincia de Neuquén (con 1582 hectáreas plantadas de viñedos), casi todos en la región de San Patricio del Chañar, en un proyecto de irrigación y plantación de viñas iniciado en 1999, encontramos bodegas de instalaciones modernas, restaurantes y sectores de recibimiento para turistas. Establecimientos súper bien montados como la Bodega Familia Schroeder (más conocida como Saurus) o Bodega Malma. Pero lo que más me llamó la atención en esta provincia fueron los pequeños productores, el caso de los vinos Primogénito de Bodega Patritti o el vino de una micro bodega de garage llamado Impasse. El Embustera de solo 270 botellas, elaborado de uva Ugni Blanc me encantó (el problema es dónde lo consigo). Los vinos de Familia Aicardi me llamaron la atención, así como los vinos de la Bodega Secreto Patagónico.
Marcelo Miras, winemaker de Bodega Miras
Tiene 1.455 hectáreas de viñedos plantados. Sabía que los vinos de esta zona existían ya que por ejemplo, la Bodega Humberto Canale (600 hectáreas de viñedos) es de allí, así como Bodega Chacra y Bodega Noemia, las tres ya de renombre mundial. Pero en esta región se esconden además otras bodegas boutique de productos fantásticos que solo pude descubrir llegando hasta el lugar. Los viñedos, en su gran mayoría, están cerca del pueblo de General Roca. Los espumantes elaborados por el Método Tradicional de Bodega Agrestis me gustaron muchísimo. Los Pinot Noir de Marcelo Miras, así como su vino Naranjo, me encantaron. La sorpresa fue Bodega Araucana, vinos de gran extracción y calidad; y una micro bodega Gennari, me dejó loco con su Rosé, un vino aún sin etiqueta; Chacra Moschini presentó un Sauvignon Blanc poco común llamado Dolzó, creo que será un golazo para ellos y, finalmente, los Pinot Noir de Dominio de Freneza, increíbles.
ir descubriendo, probando nuevos vinos en regiones desconocidas es sumamente enriquecedor para la vida profesional y poder transmitir esto a ustedes lectores, aún más... porque el mundo
del vino es infinito y uno nunca deja de sorprenderse. ¡Gracias a la CFI, Consejo Federal de Inversiones y a todo el equipo de la COVIAR, Corporación Vitivinícola Argentina, por la invitación!
¡Argentina tiene mucho aún por descubrir! ¡SALUD!