Christian Riveros nos introdujo a una receta que podría fácilmente sacarle el lugar a la hoja de arce de la bandera canadiese; un ícono del fast food quebecense tan pernicioso, tan descaradamente nocivo y sabroso que te hace sentir a la vez sucio y feliz. El “poutine” (léase putsin en francés criollo) es básicamente esto: papas fritas caseras con un “gravy” que se hace desglasando el jugo de cocción del pollo al horno y queso cheddar sin curar, fresco. A la primera papa frita que llevás a la boca, el cuerpo entero comienza a pedir a gritos: ¡Cerveza! ¡Dame cerveza por favor!
Papas fritas
Queso (mozzarella o cualquiera que se estire)
Desglasado de pollo al horno