Por Violeta Escobar
El año nos sigue sorprendiendo gratamente. Esta vez de la mano del sommelier Oliver Gayet y del “Wine Bar & Co” que abre sus puertas este 12 de noviembre, inaugurándose oficialmente el 23 de noviembre.
Me gustan los lugares que apuestan, aparte del diseño y la creatividad, por la comodidad. En el Wine Bar & Co. se encuentran distribuidos espacios íntimos con mesas y sillas muy chic pero verdaderamente cómodas. De esas que te anclan horas sin ganas de levantarte, ni siquiera para ir al baño.
Con una innovadora manera de desafiar el ritual del vino, este local está lleno de descubrimientos listos para ser descorchados.
¿Cómo funciona?
A cada invitado que visita por primera vez se le entrega una tarjeta especial con un chip, a la cual se le carga crédito para ir disfrutando de todos los sabores y aromas (hasta que el crédito se termine) que se encuentran en un dispenser especial, el cual alberga 16 etiquetas diferentes (blancas y tintas), seleccionadas especialmente para deleitar todos los paladares.
Oliver nos cuenta que para tener siempre opciones nuevas, irá cambiando 8 etiquetas cada 15 días, renovando así la oferta para los habitués.
Este tipo de lugar, único en su clase, es el paraíso para los amantes del buen vino y un sitio perfecto para los tímidos principiantes que no se animan a descorchar una botella. Para una “vinera” amateur como yo, con muchas ganas de aprender y sumergirse (¿literalmente?) en el mundo del wine tasting, fue un privilegio haber sido invitada a disfrutar de esta primicia. Y mientras Oliver nos contaba, con mucha vehemencia, cada detalle de este hermoso emprendimiento, pudimos probar algunos de los platos que forman parte de la oferta del lugar.
El ajetreo gastronómico nos colmó con un delicioso carpaccio de carne, una típica tabla de finos quesos y jamones, ceviche de tilapia, cubitos de salmón tierno con salsas, papas bravas y para finalizar, unas riquísimas empanaditas al horno de pepperoni, queso provolone, aceitunas negras y molleja.
Estas son algunas de las cosas que aprendí esa noche sobre Wine Bar & Co:
1. Apreciar el vino es un placeres refinado. Por eso la degustación , el famoso “tasting”, es uno de los diferenciales fundamentales de Wine Bar & Co.
2. El lugar cuenta con dos tipos de “tastings”, uno de 25 ml y otro de 125 ml. Los precios son muy variados y verdaderamente accesibles. Modestamente arranqué con un tasting de 25 ml de Gs. 6.500.
3. El tema “copa”, es delicado. Escuché anécdotas graciosas sobre lugares que servían los mejores vino en los peores recipientes. Por suerte, este no es el caso, el lugar cuenta con infinitas y finas copas para disfrutar de cualquier tipo de sabor sin reparos. Y así, lo que fue una invitación para catar privilegiadamente los mejores vinos, terminó en una reunión donde aforaron anécdotas sobre sillas, copas, texturas y recargas de crédito para seguir catando toda la noche.