Técnicamente, las parrillas van en el patio o las terrazas de las casas. En el caso del nuevo local de AnGus, su parrilla sí se encuentra en un patio, pero en el de comidas de la nueva ampliación del Shopping Mariscal.
AnGus ofrece todo tipo de cortes de diferentes carnes, las típicas parrillitas con mandioca y embutidos varios. Claro que el cerdo y el pollo también tienen su protagonismo en la carta, que siempre muy cuidadosos nos ofrecen sabores “bien a punto”.
El parrillero está claramente a la altura de las circunstancias y nos manda a la mesa pequeñas muestras de su talento, como el ojo de bife AnGus, que estaba verdaderamente exquisito.
Mi primera impresión del local es la poca perfección que caracteriza a un lugar que ofrece las mejores parrillas. Es bastante descontracturado y verdaderamente uno pierde la sensación de haber entrado a un shopping. Todo el local tiene un sentido de rusticidad, pero no exagerada.
Volviendo a la comida, tengo una única queja, pequeña pero grave: no había chipa guasu. ¿Cómo no va a haber chipa guasu? Y si bien prefiero la sopa paraguaya en un mayor porcentaje para maridar con mis carnes, en ese momento tuve un pequeño escalofrío que despertó la decepción. Sentí que una parte de la velada ya iba a estar arruinada por un mal chiste, de esos que hacen las tías con unas copas de más en las fiestas navideñas. Sin chipa guasu no hay perfección.
Allí me puse a pensar: ¿será que los argentinos entienden la importancia de la sopa y la chipa como grandes acompañantes de nuestros rituales carnívoros? AnGus es de origen argentino y desembarcó en nuestro país hace menos de unos meses con la promesa de servir carnes y cortes a las brasas de la mejor calidad.
En esto último no se equivocan, ya que los cortes de carne vacuna que probé ese mediodía eran tiernos y jugosos, verdaderamente exquisitos.
Los bifes de tapa de cuadril o picaña son también uno de los hits de las parrillas AnGus. Mucho fuego para lograr hierros marcados y una cocción rápida, conservando los jugos de la carne, es uno de los secretos a la hora de asar este corte. Pero sus secretos comienzan desde el momento en que se porciona, con una línea transversal y un cuchillo afilado, cuidando grasa y fibra por igual.
En este caso, lo acompañamos con una cerveza bien fría y sopa paraguaya; ¡que sí había! y no decepcionaba al paladar. Los pedazos tanto de carne como de nuestra tradicional sopa sólida son bien generosos y abren la posibilidad de compartir si vas acompañada de alguien que tenga ganas de ir degustando a la par, con mucha hambre.
La degustación se (semi) completa con una porción de ensalada capresse, otro acompañamiento bien clásico para los que están a dieta (no los conozco, no son mis amigos), pero no quedé decepcionada: el queso estaba fresco y llenó las expectativas.
De postre, ordené el más tradicional de la carta: el clásico flan. La belleza de este postre radica en la simpleza de su preparación, donde la textura ligera, gelatinosa y cremosa seduce a la mayoría de los comensales que necesitan esa dosis de azúcar después de devorar un suculento almuerzo carnívoro. Este flan era lo que necesitaba para habilitar la siesta.
Así, finalmente, AnGus llega a Asunción, con una parrilla con mucha experiencia, especial para disfrutar de las mejores carnes paraguayas bajo un concepto claro y atractivo: los mejores cortes a un precio muy accesible.