23 de Abril de 2024
Corte y Leña: ¡Carne a la vista!

Por Violeta Escobar

Como decía Webber en el Financial Times: “Hay un país sudamericano que se regodea con la reputación internacional de sus suculentos churrascos, su nombre es Paraguay”.

Amén Webber, usted sabe de lo que habla y yo como amante incondicional de la misma, estaba emocionada.

Desde hace poco tiempo, la carta de Corte & Leña, nuevo restaurante que se encuentra en el Paseo Carmelitas, ofrece carnes asadas a la leña y al tatakua, las típicas parrillitas con mandiocas y embutidos varios. El verdadero paraíso para mí y la pesadilla eterna de los vegetarianos. Animales como el cerdo y el pollo también se encuentran en la carta, que con el carné de identidad en regla, nos ofrecen sabores muy “a punto”.

Mi primera impresión del lugar es la casi tediosa perfección en la decoración y terminación del local. Todo está fina y fríamente calculado. Las mesas, los vasos, las vajillas y hasta los posavasos decoran correctamente, haciendo antítesis al espíritu de reunirse a comer en una parrillada. Todo está impecable y en ese afán se pierde un poco el aroma a rusticidad y leña que nosotros, los amantes de un buen asado, queremos husmear.

Para empezar, nos invitaron el plato “estrella de la casa” que consistía en un cochinillo a la parrilla y terminado al tatakua (G 100.000), exquisita carne de cerdo, delicada y suave. Acompañamos con la ensalada de la casa, deliciosamente preparada.

Cabe destacar que la parrilla se encuentra a plena vista, detrás de una “pared de cristal” que marca el territorio del asador. No sé, pero hay algo sumamente placentero en ver el fuego bailando en su apogeo, listo para hacer su parte del trato sin piedad.

En eso llegó el salmón, que en esta ocasión nos sirvieron con una crema especial de camarones que no se encuentra especificada en la carta, pero que con gusto se puede solicitar. Los bordes estaban crocantes y en el interior encontré una agradable textura, blanda y exquisita. Acompañé este plato con un muy estiloso vino Chivite Chardonay español (G 160.000), que era más que apropiado para tal distinguido momento.

Y ya que hablamos de elegancia, lo distintivo que vale la pena mencionar, es que Corte & Leña cuenta con una cava que almacena una diversidad atractiva de buenos vinos. Entre ellos el mimado de la casa, un Tempranillo Premium Vega Sicilia (G 2.000.000) y el Cadús (G 375.000). Todo muy, muy elegante.

Ahora, volviendo a lo terrenal, era hora de probar mi medidor favorito: la sopa paraguaya (G15.000). De textura suave, con la dosis perfecta de cebolla y queso, quedé muy satisfecha. Amo la sopa paraguaya y sí, soy de su equipo en la eterna batalla de guarniciones contra la chipa guasu.

Después del veredicto mental, pasé a probar la tapa cuadril (G 40.000), bien jugosa acompañada de mandiocas fritas, cerrando así el ciclo degustativo que ni yendo a caminar diez horas por la Costanera ayudaría a bajar el exceso de asado en mis entrañas.

Si pudiera dar puntos extras, hablaría de los precios y atención de los mozos, dos diferenciales que merecen ser mencionados. La cordialidad de nuestra moza fue realmente el favorito de la noche.

Sabemos que una gran parrilla requiere una dosis de virtuosismo y técnica. No importa si son adquiridas profesionalmente o mediante el rebusque y en un lugar donde se profesan el asado paraguayo “gourmet”, sus cortes no nos decepcionaron.

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7 de Octubre de 2016

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