Si esperas a estar listo para concursar, nunca te vas a sentir listo. Hay que animarse pues lo peor que puede pasar es tener más claridad sobre el nivel profesional en el que te encuentras e incluso, salir con uno mejor. Uno nunca está listo, las circunstancias se van dando poco a poco y al final del día las competencias son para ir midiendo tu nivel de conocimiento y perfeccionando distintos aspectos con cada concurso.
• Reforzar la teoría. Hacer una guía con todos los temas importantes relacionados a la sommellerie, empezando por el vino y sus diferentes aspectos.
• Práctica y más práctica. Practicar frente al espejo la presentación oral para cada prueba. Tomarse el tiempo de perfeccionar el performance a través de grabaciones que te permitan observarte y escucharte.
• Mentoría. Tener un mentor con quien compartir tips sobre cada servicio y que te ayude con el proceso de autoevaluación, te brinde un feedback de tu trabajo teniendo en cuenta los estándares de competición.
Existen guías de cotejo y de observación sumamente objetivas que sirven para analizar las diferentes actividades en el tiempo fijado para cada prueba. Los criterios de evaluación responden a estándares establecidos por la Association de la Sommellerie Internationale (ASI) y son específicos para cada proceso, servicio o cata. Este sistema hace posible que cualquier profesional califique, no precisa ser un gran entendido del vino, necesariamente.
En Paraguay hay un gran potencial en desarrollo. Como cualquier país latinoamericano donde el vino no está tan arraigado en su cultura, lo primero es consolidar la cultura del vino y con ella, la sommellerie. Entonces, es importante que las personas concursen y apoyen a la Asociación Paraguaya de Sommeliers, porque estos espacios derivan en que se generen otros concursos y oportunidades internacionales.