Mendoza es considerada una de las 10 capitales mundiales del vino, compartiendo con Mainz (Alemania), Christchurch (Nueva Zelanda), Bordeaux (Francia), Porto (Portugal), Bilbao y Rioja (España), Firenze (Italia), Cape Town y Cape Winelands (Sudáfrica), San Francisco y Napa Valley (Estados Unidos) y Valle de Casablanca y Valparaíso (Chile).
Para entender sobre el vino mendocino, debemos conocer las regiones vitivinícolas del 5to país productor mundial del vino: Argentina. Son tres regiones principales: Norte (Salta, Catamarca, Tucumán y Jujuy), Cuyo (La Rioja, San Juan y Mendoza) y Patagonia y región Atlántica (La Pampa, Rio Negro, Neuquén, Chubut y Buenos Aires). Siendo Cuyo la responsable de cerca del 95% del total de la producción. Una fascinante combinación de herencia y terruño considerada la región más prolífica de Sudamérica..
Vino de muy buena calidad, listo para beber aunque tiene potencial de guarda.
La palabra Cuyo significa “país de los desiertos” en lengua huarpe millcayac de los pueblos originarios. Una región árida y poco fértil en el centro oeste del país, al pie de la cordillera de los Andes, que le da peculiaridad a sus diferentes terroirs y pone de manifiesto el carácter diverso de la vitivinicultura argentina.
Por su parte Mendoza se divide en 5 grandes subregiones: Valle de Uco, (departamentos de Tunuyán, Tupungato y San Carlos) la Primera Zona (Luján de Cuyo y Maipú) Norte (Lavalle y Las Heras), Este (San Martín, Rivadavia, Junín, Santa Rosa y La Paz) y Sur (San Rafael, Malargüe y General Alvear), cada una de carácter particular (altura, microclimas, amplitud térmica) que imprimen a los varietales cultivados. La altura, el clima continental, la heterogeneidad de suelos y el agua proveniente del deshielo constituyen factores clave para la producción de vinos de excelente calidad, así como la presencia de conocidos grandes enólogos de la vieja y nueva escuela, que llevan mucha tradición en la sangre. Mendoza representa desde vinos simples afrutados a vinos complejos, vinos con tradición y vinos con mucha innovación, marcando siempre el camino de la vitivinicultura argentina.
En copa hoy degustamos Andeluna Altitud, Malbec 2015, Tupungato-Valle de Uco; un vino proveniente de parcelas de bajo rendimiento, con el enólogo jefe de la bodega Manuel González. Vinificación con selección de granos de forma manual, maceración prefermentativa a baja temperatura y fermentación con levaduras indígenas. Crianza en barricas de roble francés de 1er, 2do y 3er uso (70% del vino), de 8-10 meses, y estiba en botellas por mínimo 6 meses.
NOTAS DE CATA
Vista: limpio y brillante, con un color púrpura intenso, profundo, con ribetes azulados.
Nariz: primero resalta su intensidad aromática, destacándose frutas rojas y negras frescas y aromas florales a violeta y lavanda. En segunda nariz es expresivo y complejo con matices especiados dulces de vainilla, chocolate y tenue ahumado. Retronasal floral.
Enboca: es franco de excelente balance entre fruta y madera, equilibrado y con buena estructura. Seco aunque con entrada dulce, buen volumen en boca, sabor frutal intenso, especiado, retrogusto amaderado. Taninos marcados maduros y aterciopelados, alcohol medio-alto, acidez justa y final prolongado. De muy buena calidad, listo para beber aunque tiene potencial de guarda.
CONCLUYENDO: es versátil y elegante. Se sugiriere degustar de 16 a 18 grados. Maridarlo con carnes a la parrilla, bife de chorizo con papas rellenas de queso azul; guisos de buey o cordero, de lenteja, pastas con salsa de tomate, quesos duros, o acompañando a postres con chocolate como bombones de chocolate amargo rellenos con mermelada de higos o ciruela.