[unitegallery Eloisa_Vaello_un_puchero_con_un_poco_de_aqui_y_alla]
Eloísa Vaello está vestida a tono con su casa: setentosa. Su casa refleja la pasión por el diseño, el arte y la cultura, que es un buen resumen de su trabajo. Llegó a Paraguay en abril de 2011 para dirigir el Centro Cultural de España Juan de Salazar —o Juande, como se le conoce cariñosamente— desde Guinea Ecuatorial, donde trabajó primero en la coordinación de la programación cultural y luego como subdirectora del Centro Cultural de España de Malabo, capital del país africano. Le pregunto qué pensó de nuestro país al llegar: “Hace poco justamente le decía a un amigo que Paraguay es uno de los grandes países desconocidos de América. En España no es de los países que más se conocen. Sabes cuatro cosas: que está entre Argentina y Brasil, lo de 'guay del Paraguay' (una expresión española donde nuestro país aparece solamente por necesidad de rima), y los que somos de cultura, conocemos a Roa Bastos y poco más. Llegas a un país que puedes descubrir desde cero, sin conceptos preconcebidos”.
La siguiente pregunta obligatoria es qué tal se lleva con la comida local. Eloísa se ríe a carcajadas, admitiendo que es una buena comedora y que se adapta super bien a la comida de todos los lugares. Pero, aclara, “no soy muy carnívora; no soy vegetariana tampoco, pero como poca carne. Mi comida favorita no es el asado, pero vamos, si me invitan a un asado voy y como feliz. Me gustan más el pescado, las verduras, el arroz y la pasta”. Sus platos paraguayos preferidos son el locro —pequeña acotación, le gusta más el salteño—, la sopa paraguaya, el pajagua maskada, el mbeju y el pira kaldo, jurando que el mejor no es el del Lido ni el de otros locales clásicos sino uno que prepara el papá de un amigo.
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Y por fin llegamos al plato de este Hoy Cocino Yo, que nos revela que Eloísa Vaello es una mujer quizás demasiado modesta a la hora de hablar de sus dotes culinarias, porque tiene su mano para la cocina casera. Siguiendo lo que dijo de mezclar cosas de un lugar y otro, nos presenta lo que vendría a ser un puchero peninsular, plenamente mestizo: “En España tenemos el cocido, que viene a ser muy similar al puchero de aquí, y que es un plato que entra bien con el frío. Está el cocido madrileño, que es como el típico, pero luego en cada región de España se lo prepara con variantes. Yo he aprendido el cocido que se hace en Valencia, que es muy parecido al de Madrid, pero con algunos pequeños cambios. Por ejemplo, no se pone nunca tanta carne grasosa, ni tocino ni cerdo, pero sí carne vacuna y gallina o pollo. Lo de hoy es un cruce entre vuestro puchero y nuestro cocido. Lo solemos hacer con osobuco, rabadilla de ternera, garbanzos, patatas, batata, y todas las verduras que tengas a mano, como repollo, judías verdes, apio, zanahoria, zapallo, cebolla, dejándolo cocer todo a fuego lento. Nos gusta prepararlo con mucho caldo porque luego reutilizamos ese caldo en un montón de otros platos. Por eso tengo preparado además un arroz al que le añadimos ese caldo y un poco del garbanzo y las verduras para que quede un arroz caldoso”.
Eloísa Vaello tiene como máximo dos años más en Paraguay, porque las misiones no suelen exceder los cinco años. Le pregunto en qué estuvo trabajando durante este tiempo como directora del Juande. “Lo primero que intentamos darle es una personalidad propia. Una cosa que encontramos es que se trabajaban muchos proyectos y muy buenos, pero externalizados. El Juande no tenía unas líneas que le dieran una imagen definida, reconocible. Entonces comenzamos un proceso para darle una imagen más moderna y vanguardista. Trabajamos siempre con las mejores personas y equipos de aquí, pero controlamos y proponemos más desde el mismo Juande, para que esté todo integrado. Tratamos también de potenciar toda la parte tecnológica: pusimos en marcha el Media Lab y una emisora de radio digital, porque nos dimos cuenta que aunque teníais iniciativas propuestas, no había un espacio que las coordinase. Hemos trabajado el arte urbano muchísimo, y las artes clásicas — el teatro, la música, el cine— han estado siempre y siempre estarán”