26 de Abril de 2024
Fátima Udagawa, el arte de la combinación

Fátima Udagawa, el arte de la combinación

Fátima Udagawa lleva una vida portátil, capaz de entrar en una valija. Desde que viajó a Inglaterra para tomar unos exámenes por el colegio, supo que quería estudiar fuera del país. Luego de recibir una licenciatura en Comunicación y Marketing en Miami, pudo ejercer esa vocación de viajera gracias a su carrera en el mercado financiero. La mesa que tiene puesta refleja lo mismo que el resto de su casa: atención al detalle y memorabilia del mapamundi. Entre las servilletas que vinieron de París y la sal en cristales con jengibre de Chile, se sirve un fortune cookie de Camembert con chutney de mango sobre verdes. “Le llamo fortune cookie porque dentro de una masa hojaldrada va el Camembert, el mango chutney y un chorrito de aceite de oliva con peperoncino. Eso va directamente al horno y se sirve sobre una mezcla de verdes, como lechugas y rúcula. Es una receta adaptada de una amiga, que la prepara con pesto. Como me gusta mucho lo agridulce, yo uso el chutney, que aporta lo dulce, y para aderezar los verdes uso solo aceite de oliva y limón. Elegí preparar este plato porque es rápido, fresco y diferente, como son las cosas que me gustan”, dice Fátima mientras va sirviendo las porciones.

Recién graduada de la universidad y con ganas de viajar con su propio dinero —“ya me sentía incómoda pidiéndole a mi papá”, explica— el Citi le ofreció un puesto que ella aceptó como para ir viendo cómo se desenvolvía. Así comenzó una carrera que la atrapó, en el mejor de los sentidos. Hace poco más de un año que trabaja como Directora de Desarrollo de Negocio de BBVA Paraguay, manejando toda la estrategia del banco. La mujer que decía que nunca iba a trabajar en un banco y que confiesa que en el colegio era mucho más de humanidades que de números, hoy está enamorada del trabajo con las finanzas: “Al momento que voy a comprar algo tomo una decisión, y estar en ese momento es clave. Estar presente en el momento en que las personas deciden qué, cómo, cuándo y dónde comprar. Manejar finanzas tiene que ver con los hábitos, las necesidades y los sueños de las personas, y es eso lo que me fue enganchando al trabajo”.

Fátima Udagawa, el arte de la combinación

El trabajo en el banco es demandante y le exige largas horas. Pero también le encanta recibir gente en casa y tomar algo, sobre todo buenos vinos, mientras se prepara la comida. La cocina comenzó como una actividad social más que como una obligación o necesidad de supervivencia, como “una forma de compartir las experiencias de uno con los demás”. Por eso, Fátima es una entusiasta de una cocina express, hecha con lo que tiene a mano: “Cuando comienza eso de tener que hacer la lista, ir a comprar, conseguir tal o cual ingrediente, me estreso. Eso sí, siempre tengo cosas que me gustan y que se pueden ensamblar rápido, como quesos, huevo, jamones, calamares en su tinta. Aunque es una cocina rápida, de piqueos casi, realmente es el arte de la combinación”.

Aunque en su casa no se tomaba “ni sidra para el brindis”, Fátima desarrolló un gusto por el mundo del vino cuando vivió en Chile durante dos años y medio. Después de Chile, se fue a vivir de nuevo a Miami. Esta vida de mudanzas y viajes permanentes le sirvió como un aprendizaje gastronómico, pero también le dejó una habilidad mayor que es prácticamente una filosofía de vida: en vez de pretender que el entorno se adapte a ella, es ella quien busca adaptarse al entorno donde se encuentra. Le pregunto si alguna vez pensó en tomar clases de cocina: “Sí, pero después me doy cuenta que la mejor clase es ir haciendo, aprender sobre la marcha. En el colegio a mí no me enseñaron a memorizar, sino a buscar respuestas. No soy muy de recetas, ni en la cocina ni en nada. Como el fortune cookie que estamos comiendo, soy mucho de apropiarme de las cosas e imprimirle mi sello personal. Me pasa con la ropa también. Si tengo que usar un trajecito, lo hago, pero elijo el pantalón de un color y el blazer de otro, por ejemplo, sigue siendo un trajecito”.

Esta práctica del eclecticismo, de tomar lo mejor de cada cosa y cada situación es también parte de su práctica profesional. Para Fátima, ocupar un puesto directivo en un banco no es solo mover ideas y negocios, sino sobre todo mover gente: “Todo se trata de compartir y de inspirar. La gente con la que trabajo me inspira, las cosas que hago deben inspirarme para que me sienta cómoda y que fluya la creatividad, para que haya afinidad en el equipo. Por algo se creó el trajecito y por algo existen lineamientos dentro de una organización, pero me gusta trabajar con los equipos para sacar la esencia de cada uno. Eso es enriquecedor”.

28 de Octubre de 2014

Alacarta

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