Su popularidad se debe a 30 años de difusión y empeño de las bodegas argentinas que lograron posicionarla como la cepa embajadora de ese país. El Malbec es lo que mejor saben producir y queda mucho por investigar, no solo sobre la uva también sobre terroirs. Como el Malbec se expande desde Salta hasta la Patagonia, hay Malbec para todos los gustos.
Origen del Malbec
Son muchas las versiones, una de ellas sostiene que es originaria de Bordeaux y Cahors en Francia. Su nombre era Cot o Cot Noir por su color oscuro. El nombre "Malbec" es mucho mas moderno y se debe a un viticultor húngaro del siglo XIX, llamado Malbek que promovió el cultivo de la cepa en Francia. Sin embargo, el Malbec (antes llamada "cot") se encuentra -según Gustavo Choren, autor e investigador de esta cepa-, entre las cinco más antiguas y proviene "directamente de la domesticación de vides salvajes por parte del hombre primitivo".
Malbec, cepa emblemática de Argentina
Se cultiva en regiones de Francia, en Chile, California, Australia, Nueva Zelanda, pero en ninguna región ha alcanzado el destaque que logra en Argentina, donde es la cepa emblemática. Según cuentan en 1852 Domingo Sarmiento (que sería años más tarde presidente de Argentina) contrató al agrónomo francés Michel Aimé Pouget para desarrollar el cultivo de uvas en Mendoza. Pouget trajo cepas francesas, entre ellas el Malbec que introdujo en el siglo XIX; pero fue recién a partir de 1990 cuando la industria empezó a enfocarse en producir vinos de gran calidad.
Probando el Malbec
Sus características principales son el color rojo rubí intenso y oscuro con destellos violáceos. Aroma a ciruela que puede ser fresca, compota o mermelada, frambuesa y notas florales como de violetas. Su paso por madera nos dará notas como vainilla, chocolate y café. A veces siento notas de toffee en la copa ya casi vacía… Les comento para que cada uno experimente. El paso por madera ayuda a darle más expresión y a resaltar su tipicidad, aunque actualmente hay etiquetas sin paso por madera con excelente calidad.
El Malbec es un vino de cuerpo medio que se usa mucho en blends por su carga frutal y aromática. Los blends más populares son el Malbec-Cabernet Sauvignon, Malbec-Bonarda, Malbec-Cabernet-Syrah, los llamados “red blends”. Esta cepa aporta a los vinos de corte sabor abocado, textura sedosa, taninos redondos acompañados de notas frutales marcadas.
Luján de Cuyo, Mendoza: En el bastión histórico del Malbec el perfil es el tradicional, notas frutales ciruelas, notas florares y un dejo cítrico como de cáscara de naranja. Son redondos, envolventes y de final prolongado.
Vistalba: En el micro de Vistalba, donde hay altura, da un poco más de frescura.
Perdriel: La micro Perdriel suma frutos negros y notas balsámicas.
Maipú: Hace frío por la noche y el suelo tiene piedras lo que aporta un estilo elegante con taninos redondos y amables.
Valle de Uco: Por su cercanía a la montaña son vinos vivos, frescos, intensos y carnosos. Tunuyán: Se aprecia un dejo herbáceo.
San Rafael: son frutales con acidez marcada, taninos firmes y final medio.
San Juan y La Rioja: producen un Malbec que sale del sol. Son vinos frutales y ligeros con notas a frutos frescos y un color bastante oscuro.
Salta y Catamarca: En el clima de montaña los Malbec son más intensos y profundos con notas a ciruelas maduras y tonos especiados como pimienta y locote.
Patagonia: El sur agrega notas a moras y frambuesas y un toque balsámico. Y los taninos de Neuquén suelen ser más profundos y de final largo.
Amamos el Malbec y su enorme variedad. Según el terroir o el micro terroir tenemos estilos y variantes súper interesantes. Espero que este repaso los inspire en el Día del Malbec a descorchar y descubrir qué estilo de este vino les motiva más.