21 de Noviembre de 2024
Madame Clicquot y el champagne elegido por la tierra de los zares

veuve clicquotNo por nada había comenzado a leer nuevamente Anna Karenina de Tolstoi. Viajaba en tren, desde París hasta la región de Champagne. Entendí más tarde que hay una estrecha relación entre este elixir burbujeante francés y los fastuosos palacios de Moscú y San Petersburgo.

Mientras caminaba en Reims, ciudad antigua y con tanta historia, tenía que pasar por la Catedral de Notre Dame, donde se coronaron reyes de Francia. De las 2.000 estatuas que se encuentran en las paredes de esta construcción gótica, no me olvido de la figura de San Nicasio sosteniendo su cabeza con las manos. La imagen de la militar y santa Juana de Arco, de pie con armadura y espada; otra en versión ecuestre en la fachada. El ángel de la Anunciación en el enorme pórtico de madera que sonríe a los visitantes, así como nos sonrió nuestra guía cuando llegamos al Domaine Veuve Clicquot.

La viuda Barbe-Nicole Ponsardin Clicquot, más conocida como la Grand Dame, con solo 27 años heredó el negocio local de vinos espumosos de su marido y lo convirtió en un artículo de lujo internacional. Pero este camino no fue fácil para una mujer en pleno siglo XIX, cuando no se podía trabajar y mucho menos tener una cuenta bancaria.

En 1811, después de varias cosechas fallidas, por fin la bodega logra tener una cosecha excepcional llamada “cuvée de la comète” debido a que en la zona pasó un cometa. Con la invasión napoleónica a Rusia, el Zar prohíbe el ingreso de champagne francés. Pero madame Barbe Clicquot Ponsardin, convencida de que su champagne debía conquistar paladares de todas las cortes, decide arriesgarse y enviar un cargamento hasta Rusia. Esperaron a que el zar Alejandro I liberase esta disposición y fueron los primeros en ingresar botellas escondidas en barriles de granos de café, ganando así varias semanas de ventaja ante sus competidores. Para diferenciarse, creó la etiqueta amarilla semejante al color de los edificios de San Petesbrugo. Así fue como los rusos se enamoraron del champagne de l'étiquette jaune y se convirtieron en el segundo país consumidor de champagne del mundo.

Actualmente, el Domaine Veuve Clicquot Ponsardin es una sociedad anónima que cotiza en bolsa y, en 1986, pasó a formar parte del holding de lujo LVMH. Hoy cuenta con 515 hectáreas en la región de Champagne.

Pasaron más de 200 años, y tenemos la oportunidad de degustar uno de los mejores champagnes brut sin añada. Este vino está compuesto mayormente de Pinot Noir, que le da estructura y pontencia; la fruta y la redondez son del Pinot Meunier, y la finura con notas cítricas del Chardonnay. Algunos datos de importancia en su elaboración son que participan casi 50 vinos en su assemblage, mayormente de viñedos considerados Grands Cru. De esta forma se consigue mantener la calidad constante que caracteriza a la Maison.

Notas de cata

A primera vista, se presenta un vino de color amarillo con destellos dorados, como oro pálido con pequeñas y elegantes burbujas. Posee aromas primarios como notas frutales, durazno, pera y florales. En segunda nariz, los tostados, vainilla, pan tipo brioche, frutos secos (siempre relacioné el Veuve con la almendra). En boca tenemos un vino con perfecto equilibrio entre frescura y fruta. Una gran estructura e intenso sabor.

Ligeramente cremoso, llena la boca. Buena acidez y persistencia. Es un champagne envolvente, largo y muy equilibrado, ideal para platos con pescado, mariscos, pasta con parmesano, carnes blancas, verduras o como aperitivo. El Brut Carte Jaune de Veuve Clicquot es una elección ideal y perfecta para brindar como todo gourmant.


Ramírez Díaz de Espada |R. Díaz de Espada c/ Curupayty (021) 518 1000| ww.rde.com.py

24 de Abril de 2018

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