Todos quieren alcanzar el éxito, pero a veces, cuando uno se propone montar un negocio gastronómico, una lluvia de interrogantes se interpone entre la visión inmediata y el horizonte anhelado, oscureciendo el ímpetu inicial de los sueños. También son innumerables las inquietudes de los emprendedores que tienen un negocio ya en marcha, pero notan cómo lentamente su inversión va orientándose hacia el fracaso, por motivos aparentemente incomprensibles. En ambos casos lo importante es no desesperar y llamar a un especialista del porte de Martín Blanco, un artesano del éxito, que trata estas dolencias como lo haría el mejor terapeuta de marcas. Este renombrado experto argentino, con más de quince años de experiencia en el rubro gastronómico, tiene el don de descubrir la raíz de los problemas y el talento de crear planes sanadores y rentables que garanticen triunfos sublimes. En ocasión de su visita al país para dar una charla en el Gastro Show 2015 (Congreso Internacional de Marketing Gastronómico realizado en Ciudad del Este), coordinamos un encuentro para conocer su relación con el mundo de los placeres. De esa conversación apuntamos, además de sus preferencias culinarias, algunas de las premisas claves de Martín Blanco para entender el negocio gourmet en la actualidad y poder crear emprendimientos novedosos con sabor a victoria. ¿En qué consiste tu trabajo? Trabajo en sociedad con Damián Visso y juntos nos dedicamos a diseñar nuevos proyectos gastronómicos o a repensarlos y relanzarlos, para que sean atractivos y rentables. Implementamos modelos de negocio basados en conceptos inteligentemente pensados. Nos gusta acompañar a nuestros clientes emprendedores en su día a día, por esto viajamos mucho. Esta rutina de movimiento permanente debe ser extenuante, a pesar de todo se te nota entusiasmado, ¿le ponés mucha garra a lo que hacés? Sí, nuestro estilo de trabajo incluye corazón y garra, pero además también nos divertimos, la pasamos bien, hacemos amigos y vínculos con los clientes. Creo que la clave es lograr esa química vital con los clientes, son tipos que están poniendo su inversión y su futuro en manos tuyas, no dejás de ser un cardiólogo o un médico clínico que les estás recomendando lo que deben hacer. ¿Cuáles son las tendencias que condicionan al negocio gastronómico en la actualidad? El mundo está mostrando un camino en cada uno de los nichos del segmento gastronómico: panaderías, pastiserías, food trucks, restaurantes, la coctelería nueva, los bares, etc. En general, hay una tendencia muy fuerte hacia la utilización de materiales nobles, para cualquier tipo de formatos: lugares donde la madera, el hierro, la iluminación, los azulejos y la cerámica primen. Empieza a desaparecer lentamente la gastronomía escenográfica al estilo de un McDonald’s, donde hay mucha fórmica, empieza a desaparecer el “waltdisneyland style”. En el paradigma actual, los consumidores buscan lugares que los conmuevan, que los lleven a otros lados de su historia de vida, con lo cual los códigos de comunicación empiezan a irse hacia lugares más creíbles: esto es una tendencia mundial. Parece que los compradores de nuestros días tienden a tomar mayor conciencia sobre lo que consumen Por supuesto, hoy los consumidores asocian el plástico y la fórmica colorida con la comida chatarra, porque nos hemos pasado cincuenta años consumiéndola en lugares cerrados, fríos o de tonos pasteles hechos con mobiliarios sintéticos y con plástico. Los compradores, a partir de la polución y un montón de otras cosas que están ocurriendo en el mundo, están escapándose de eso. ¿Cuál es el último consejo que podés darle a un emprendedor que quiere animarse a abrir un negocio gastronómico? Que estudie, que aprenda, que mire lo que hay en el mundo y sepa que hay otras formas de hacer las cosas. Creo que hoy por hoy el paraguayo se está dando cuenta de eso, porque me ocurre mucho el percatarme de que toda la gente acá está muy receptiva a renovarse.