21 de Noviembre de 2024
Miolo, Vale dos Vinhedos

Miolo, Vale dos Vinhedos

Ciudad del Este, 2:50 am.  Me vestí y controlé que nada quedara olvidado en la habitación. El teléfono sonaba, era Jorge Jermolieff, brand manager de Brumado, que llamaba insistentemente —iba retrasada—.

Abajo, en el lobby del hotel Gran Asunción aguardaban Noemi Orrego, coordinadora comercial de Alacarta y el resto de los invitados del Fam Tour a Bodega Miolo. A las corridas subimos a la van y cruzamos Foz de Iguazú rumbo al aeropuerto donde tomamos el vuelo a Porto Alegre. Desembarcamos a eso de las 9 de la mañana con algunas nubes en el cielo. Nos esperaba “Cacho”, el chofer que además fue nuestro guía turístico. Unos 100 km de carretera nos separaban de nuestro destino final: la bodega Miolo asentada en Vale dos Vinhedos de la ciudad de Bento Gonçalves, bien al sur de Porto Alegre.

Durante el viaje a la bodega, a lo largo de caminos escarpados, entre cerros de colores verde, ocre y azul, Cacho nos contaba sobre los lugares por los que pasábamos. El cielo se iba despejando y el sol del mediodía nos pegaba en la cara, algunos con lentes oscuros y ya sin los pulóveres dormitaban en sus asientos. Cada tanto, algún que otro cabezazo me despertaba justo en el momento para admirar la imponente naturaleza brasilera. “Dios fue generoso con Brasil”, la escuché decir a Noemi que miraba extasiada el paisaje.

Miolo, Vale dos Vinhedos

Llegada a Vale Dos Vinhedos

Llegamos al Vale dos Vinhedos con un cielo azul diáfano que resplandecía con intensidad; un cartel tallado en madera indicaba el camino. La van descendía por la sinuosa calzada serrana impulsada por la inercia, mientras desfilaban ante nosotros majestuosos chalets —herencia edilicia italiana— rodeados de viñedos.

Finalmente, nos detuvimos al pie de una colina, donde verjas de gran porte custodian el acceso al imponente Spa do Vinho Hotel. Una vez adentro, fuimos recibidos con las primeras copas de Cuvée Tradition Brut de la travesía.

Minutos más tarde, Morgana Miolo, propietaria de la bodega y Juliana Zancan, export analyst de Miolo, nos recibieron con burbujeantes copas de Brut Millesimé 2011 —aun no llega a Paraguay—. Es el espumante estrella de la casa, que tiene una aceptación muy alta en el mundo. El Brut Millesimé es un vino de alta gama con Denominación de Origen Vale dos Vinhedos, compuesto por Chardonnay y Pinot Noir y elaborado con el método tradicional "champenoise".

Miolo, Vale dos Vinhedos

Restaurante Leopoldina del Spa do Vinho Hotel

Almorzamos en el elegante restaurante Leopoldina. Al igual que todo el hotel, está decorado con inspiración victoriana. El ambiente le dio al inicio del almuerzo un aire de cierta solemnidad: nadie habló hasta que nuestra anfitriona Morgana Miolo dio inicio a la degustación.

De entrada, Polenta al funghi maridada con Miolo Cuvée Tradition Brut; de fondo, Medallones de carne gaúcha y puré, acompañados con Miolo Reserva Pinot Noir 2013 (que proviene de Campanha); y de postre, Panacotta cítrica con salsa de frutas rojas servida con el espumante Terranova Moscatel, un vino espumoso dulce y super fresco que proviene de la bodega Ouro Verde ubicada en Vale do São Francisco (propiedad de Miolo).

La región se caracteriza por el clima tropical que permite obtener dos zafras corridas por año.

Miolo, Vale dos Vinhedos

Bodega Miolo

Finalizado el almuerzo, caminamos por la pendiente del hotel hasta la finca contigua, donde nos esperaba el enólogo Gustavo Duarte Dos Santos frente a 24 hectáreas de las variedades Merlot y Cabernet Sauvignon. Estas uvas son las que componen el vino Lote 43, ícono de la bodega,  y se cosechan únicamente en los mejores años. “Tenemos una gran variedad de cepas plantadas, sin embargo, la cepa que mejor se ha adaptado al clima de esta región es la Merlot, que junto a la Cabernet Sauvignon son las cepas que llevan la denominación Vale dos Vinhedos”, dijo el enólogo.

El Lote 43 fue la primera propiedad adquirida por Giuseppe Miolo cuando emigró de Italia a Brasil, por eso el vino ícono de la compañía lleva ese nombre en conmemoración de este hecho.

El período invernal de mediados de agosto barrió con todo el follaje de las vides; solo quedaron los troncos que, sujetos a sus espalderas, se mantienen inmóviles. “La planta está llorando”, declaró Gustavo Duarte Dos Santos al tiempo que señalaba los minúsculos brotes que salían en forma de savia de los sarmientos. “En ocasiones debemos intervenir para retardar el crecimiento de las plantas, este año el invierno fue muy leve y los brotes salieron antes” dijo.

Ya en la bodega, recorrimos la ex sala de fermentación donde nos mostraron los antiguos tanques de madera, los que pasaron a la historia de Miolo como piezas de museo. “Realizamos una gran reestructuración de la bodega asesorados por Michel Rolland —el famoso enólogo francés—. Él modificó nuestro sistema de plantación, infraestructura y forma de vinificar los vinos”, nos dijo Morgana Miolo con su delicado acento portugués mientras nos mostraba las enormes moles corroídas.

Miolo, Vale dos Vinhedos

En la actualidad la bodega está dotada de la más alta tecnología, modernas salas de vinificación con tanques de acero inoxidable y control de calidad absoluto. En el subsuelo, la cava alberga cientos de barricas de roble francés que contienen mezclas de las diferentes líneas de producción. A un lado, los cuvées resposan en los pupitres para su segunda fermentación en botella.

En la sala siguiente, los pasillos estaban rebosantes de más “garrafas” (botellas), que duermen pacientes a la espera de su disposición final: las copas. En total Miolo produce más de 5 millones de botellas anuales con más de 30 tipos de uvas diferentes.

Segundo día

Desayunamos en la parte más alta de la torre del hotel mientras disfrutábamos de una vista privilegiada. El viento frío de las montañas se arremolinó en la terraza; me hizo temblar y me erizó la piel. Fue un acto reflejo de felicidad o tal vez reminiscencias cordilleranas de mi feliz infancia. Como sea, sabíamos que nos quedaba poco tiempo y había que aprovechar al máximo cada momento.

Cuando volvimos a la bodega, el joven enólogo Cristian Corbelini nos había preparado una lista extensa de vinos para degustar, entre los que figuraban etiquetas de Miolo, Almadén y Quinta do Seival, muchos de ellos disponibles en Paraguay.

Miolo, Vale dos Vinhedos

Al término de la cata visitamos brevemente Bento Gonçalves, almorzamos en Sapore & Piacere; un pequeño restaurante en pleno casco céntrico de la ciudad, luego volveríamos para la despedida en la bodega.

Había rumores de que nos acompañaría nada más y nada menos que Antonio Miolo, socio propietario y padre de Morgana, hecho que confirmamos cuando él mismo nos recibió para la última degustación. Aunque no estaba previsto probar el vino in situ en sus diferentes etapas de proceso, los Miolo, con la amabilidad que los caracteriza, nos dieron la exclusiva oportunidad.

La primera parada fue en la sala de fermentación, donde se encuentran los tanques de 15.000 litros de Merlot de la línea Reserva, que provienen de los Campos de Cima da Serra. Con apenas seis meses de fermentación, el Merlot extraído era un zumo espumoso, pero iría evolucionando hasta convertirse en el vino Reserva.

Seguimos por unas escaleras hasta bajar a la cava. Esta vez nos detuvimos frente a las barricas que contenían la mezcla del vino ícono, el Lote 43, en este caso, zafra 2012. Cristian Corbelini introdujo una pipeta de vidrio en una de las barricas de roble que contenía el preciado caldo, y como si fuéramos testigos de un acontecimiento histórico, registramos cada movimiento minuciosamente. Cuando por fin extrajo el líquido y lo depositó en nuestras copas, nadie desperdició ni una sola gota. El blend con sabor a madera tostada aún tiene que envejecer en botella, donde sin duda el bouquet se equilibrará y estará listo para llegar a nuestras mesas.

El recorrido terminó en el auditorio oval de la Escuela de Vino Miolo, una sala completamente equipada para las clases y cursos que allí se imparten.

Finalmente compartimos unas copas del vino Miolo Quinta do Seival Alvariño 2013 con Antonio Miolo, quien nos aseguró que su vino favorito es el Miolo Reserva Merlot. Enmudecida asentí con la cabeza, me invadió una gran sensación de satisfacción... porque también es mi vino Miolo favorito.

Miolo, Vale dos Vinhedos

Escuela de Vino Miolo

Miolo cuenta con una escuela de vinos no solo en Bento Gonçalves sino también en otras partes de Brasil. Quien quiera participar de los cursos de degustación puede inscribirse a las clases sensoriales y enogastronómicas.

Los cursos son impartidos por los mejores enólogos y sommeliers del Brasil.

El curso de Terroir Brasil dura un día y está dirigido a personas que deseen aprender más acerca de las diferentes regiones vitivinícolas del país.

Wine Day es otro curso que se realiza durante los meses de cosecha (febrero y marzo), en el que el estudiante tiene la oportunidad de seguir la elaboración del vino desde el viñedo hasta la bodega con el acompañamiento de los enólogos. Se participa de la cosecha de la uva, de recibir, preparar y también degustar el vino en todas las etapas del proceso.

Winemaker es un programa de la Escuela del Vino que dura un año, y que ofrece la oportunidad de desarrollar un vino propio. Al final del curso los estudiantes obtienen 10 cajas del vino que cada uno hizo.

Encontrarás vinos Miolo en Brumado: Avenida Gral. Eugenio A. Garay y Las Mercedes. T. 021 652 548.

28 de Octubre de 2014

Alacarta

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