Por más que nuestras vidas transcurran a un ritmo rutinario que deja poco espacio a lo inesperado (desayunar, llevar a los niños al colegio, ir a trabajar, etc.), siempre encontramos un lugar para lo impredecible, y también para el juego, porque los humanos somos los únicos seres terrícolas que nunca dejan de jugar. Hay datos que aseguran que desde hace 500 mil años el hombre tira los dados; de hecho, la palabra “azar” es un término arábigo que significa exactamente eso, “dado”. En la pirámide de Keops puede verse un papiro en el que un hombre juega algo parecido al dominó; de la pasión de los etruscos por la timba provienen las primeras loterías y el backgammon que heredaron los romanos; ya sabemos cómo decidieron los soldados del César quién se quedaría con el manto sagrado de Jesús.
Sobre la avenida España, en la conjunción con Santísimo Sacramento, encontramos el templo asunceno de los juegos de azar: el Casino de Asunción. Y en la esquina misma, con la entrada por Sacramento, para saciar la sed y el apetito del homo ludens, el restaurante Morena Bar; un lugar donde “azar” y “asar” están a una sola letra de distancia. Claro que aquí los platos, la importante lista de cocteles y picadas, no son un privilegio exclusivo para los jugadores, también tienen su silla el afterofficero, el ejecutivo en su hora de almuerzo, la despedida de soltera, el solitario lobo de las barras y en fin toda la diversa comedia humana que transita por el nuevo centro asunceno.
Las razones para quedarse en este lugar saltan a la vista; la primera tiene que ver con una fórmula de toda ciudad grande, que es ya también una realidad en la nuestra: “no parking, no business”. Con un par de amplios estacionamiento que dan a ambas avenidas, Morena Bar tiene este problema cubierto. Las otras cuestiones que conciernen al éxito de todo buen lugar, las encontramos adentro del restaurante: buena iluminación natural proporcionada por amplios ventanales, música para todos los gustos (a veces en vivo), buena coctelería, picadas abundantes y un ambiente de diseño inspirado en el glamour contemporáneo de lugares como el Soho londinense o los cafés del barcelonés barrio de Es Born.
El ludopata empedernido -el que esté libre de pecado que se plante- no tiene horario: algunos son tempraneros, otros son mbopís, lo cierto es que hay siempre uno a toda hora pidiendo ver la siguiente carta. Fiel a las singulares costumbres de sus clientes, Morena Bar es casi un 24/7, ya que abre desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la madrugada. ¿El desafío de estar abiertos por tanto tiempo? Cubrir todas las comidas: desayunos, almuerzos, meriendas, cenas y los bocaditos de esas horas en que muchos sonámbulos están asaltando sus propias heladeras.
Algunas opciones para repasar
El café: Asunción, en otro tiempo más amiga del tereré, se convirtió de pronto en una ciudad cafetera tan ferviente casi como Buenos Aires. Aquí en Morena Bar encontrás un buen café a un precio por debajo del promedio. Por ejemplo: un capuchino más un croissant por G 15.000; un latte más dos margaritas con crema por G 12.000. Si no le vas al café, tenés un sanduíche natural y un jugo natural de fruta por G 27.000
Al mediodía: ¿Cuánto te dan: 2 horas, 1 hora, 45 minutos? Esperemos que no menos que eso. Si laburás en los alrededores o la hora sin sombras te sorprende por el barrio, Morena Bar tiene opciones para todos: soperos, los que cuidan la línea, ejecutivos, económicos. Si no querés gastar más de 15, tus opciones son la Sopa de día o el Menú Light, que combina alguna carne de ave con ensaladas. Por 20 tenés el Menú de Pastas y por 25 el Ejecutivo. Todos incluyen pan y gaseosa.
Para cenar: A a estas horas se suman a la apuesta las clásicas picadas y platos de fondo, que dicho sea de paso, son los que siempre se lluevan nuestras fichas.
¡Quiero ver!
Esos segundos de tensión antes de que croupier de la vuelta la carta que podría darnos un Blackjack o podría dejarnos en la lona son los que definen la pasión del juego, la típica escena final de película en que el As de pica gira en el aire para aterrizar sobre un “royal flush”, la mano más valiosa y menos frecuente del póker. Sensación parecida a la que recibimos los editores de alacarta cuando recibimos el mail que anuncia: “la carta se renueva”. Este es el caso de Morena Bar, que nos muestra su última mano, actualizada por el chef Óscar Barrientos, que acaba de unirse a la mesa y, nos toca decir, quebró la banca.
Barrios pone sus fichas sobre un estilo de cocina que se impone como tendencia en toda la región; aquella que busca la fusión de ingredientes y técnicas foráneas con la tradición local... y el resultado es exquisito. Arrancamos probando su Timbal de hongos frescos con huevo poché y aceitunas secas, un “full tilt” seguro. Le siguieron unos Langostinos envueltos en panceta sobre un lecho de sopa paraguaya y salsa tapenade de aceitunas negras, aquí paramos el juego de palabras entre cocina y casino para anotar un simple y elocuente ¡mamá querida! Y el número ganador en esta ruleta de sabores va para el Surubí Morena, rellreno de queso paraguay marinado, crema de limón acompañado con papas chateau y colchón de espinacas frescas salteadas.
Antes de pasar por caja a efectivizar nuestra suerte, no debemos olvidar mencionar que esta también se materializó en la forma de la Tabla Morena, un fantástico entrante meditarráneo que pide a gritos un vinacho que le haga justicia a sus quesos, jamones, salames, tomates confitados, aceitunas verdes y negras.
La favorita de siempre, la carne asada, tiene en Morena Bar sus fieles apostadores: Tapa cuadril (de primera) con puré de calabaza y salteado de espinacas con tomates confitados y chips de mandioca; Picada Sagua’a, tapa cuadril, sopa paraguaya, chorizos parrilleros y toscanos, chipa guasu, bolitas y chips de mandioca acompañados de salsa criolla y salsa de ajo.
Días temáticos
En Morena Bar los miércoles son de karaoke y también Noche de chicas desde las 21, por lo que hay 2x1 de tragos y picadas para las mesas donde hayan solo chicas.
Los jueves es la Noche Brasileña, con música en vivo desde las 22 horas.
Los viernes se baila en Morena Bar con la Noche Retro, en la que más de uno encuentra su deleite en covers de los 70, los 80 y 90, estupendamente interpretados por agrupaciones nacionales.
Los ritmos latinos están reservados por los sábados, también con música en vivo desde las 22 horas.
Y los domingos son excelentes para aprender a bailar salsa, mientras compartís con los amigos. Salsa Soul ofrece un taller de salsa desde las 20 horas y el último domingo del mes, lo reservan para el show.