25 de Abril de 2024
Terroir, el escondite del dios Baco

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Por Beto Barsotti

Una iniciativa brillante que podría dar un empujón al concepto de “happy hour”, tan difícil de implementar en nuestro país.

Me pareció excelente la sugerencia de mi editor de salir de la regla, que todos los meses me indica un restaurante. La gastronomía tiene mucha aristas y el vino es también alimento. Para esta edición de “Con la boca llena”, fuimos a un local que muy probablemente tendrá que cambiar su ubicación en breve, por ser tan pequeñito y tan requerido por el público. El sistema es el siguiente: llamás a reservar, porque se reciben hasta ocho personas, se combina la fecha y “la hora feliz”.

El Terroir de Mariela Castro y Ana Ayala Fischer nos recibe en una dirección mágica, que vas a descubrir cuando llames al 0981 218900, o ingreses a facebook.com/Terroir. Te puede parecer raro, pero así funciona. Estamos ante una nueva generación de empresarsios que utiliza las herramientas disponibles de la comunicación, sin obviar la esencia y la calidad de los productos que ofrecen a quienes los visitan. Las reservas están abiertas en un horario delicioso, de 13 a 21y después de las 21 con reserva.

Es maravilloso lo que estas dos mujeres lograron en un “terroir” de 20 m2; una colección interesantísima y atrayente de vinos del Viejo y el Nuevo Mundo. En este catálogo encontramos las etiquetas soñadas, objetos de deseo de los amantes de la bebida santa. La misión: encontrar algo compatible con mi paladar y mi bolsillo. La gran sorpresa: 90% de los vinos en Terroir son súper accesibles. Decidí disfrutar dos maravillosos vinos, de uvas no muy solicitadas en nuestra ciudad. Para mí, el vino tiene que ser bueno en la copa y también en el bolsillo.

¨Para mí, el vino tiene que ser bueno en la copa y también en el bolsillo.¨

Empiezo con un Marquis de Bordeaux; un vino rosé que nos conduce a los aromas de frutas rojas frescas, frutillas y frambuesas. En boca es de suma elegancia, refrescante, y de una acidez equilbrada, especial para el calor que tanto nos marea últimamente.

Para acompañar el vibrante rosado y para que nos entusiasmemos con el Happy Hour, llegó a nosotros una tabla de quesos frescos, frutos secos y embutidos.

El entusiasmo nos llevó a una segunda botella; algo más nuestro, más sudamericano. La segunda recomendación de Mariela, con una sonrisa de complicidad, porque ya me conoce, me sugiere un Arboleda Pinot Noir. ¡Qué maravilla! Yo quería cepas distintas a la habituales y el Pinot Noir, producido por una bodega que tiene como referencia un excelente Sauvignon Blanc, fue todo un acierto.

Un vino con una entrada sedosa, con notas de cereza y cassis. Pero, a pesar de su aparente fragilidad, cuando se agita con vigor y el vino se abre, aporta tabaco con ese toque de barrica, que justifica los toneles de Borgoña.

Terroir es realmente un lugar súper exclusivo, igual que esos pequeños frascos que históricamente traen los perfumes notables y los precisos venenos. Ahí vas a encontrar un ambiente acogedor, vinos muy bien expuestos y comentados por Mariela Castro; además del privilegio de admirar el trabajo de Ana Ayala, que cumple el papel de curadora de obras de arte contemporáneas y algunas clásicas.

El tiempo va pasando y uno va conversando y descubriendo las riquezas que Terroir ofrece: aceites, embutidos, patés y excelentes vinos.

Han pasado ya algunos años desde que comenzara el llamado “boom gastronómico”. El crecimiento de “la bebida de Baco” en Paraguay ha sido notable, y los importadores se dieron cuenta. Así es como nuestro país tiene etiquetas de todas las latitudes del planeta y el tema es seguir buscando y probando. Nuestra ventaja es que no tenemos una carga tributaria alta, como la que nuestros vecinos Brasil, Argentina y Chile, imponen a los productos importados y también a los nacionales. Entonces, ¡a disfrutar!

El interés por la gastronomía está en constante crecimiento. El vino, que quede claro, también es alimento. O sea, una cosa está ligada a la otra. Hay un nuevo público que empieza a apreciar el comer bien y necesita capacitarse y entender lo que les sirven en las copas, cada vez más sofisticadas, para seguir disfrutando de este increíble mercado Gastronómico.

Sí, yo sé que hay otras bebidas ultra gastronómicas, como las cervezas, pero la cultura de la buena mesa está directamente ligada a la bebida hecha de uvas. La cuestión es saber cómo adecuarlas a tu menú, ¿no es cierto?

7 de Julio de 2016

Rodrigo Silvero

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