El Carménère, extinto en Europa y redescubierto en Chile en la década del noventa, es la uva típica del Valle del Maule y el cepaje emblemático de Chile.
En la región central de Chile, en el Valle del Maule, no podemos hablar de un único tipo de clima o suelo, porque va desde la cordillera de los Andes hasta la cordillera de la Costa, que da al océano Pacífico. Esto nos da una gran diversidad de terroirs que permiten producir una gran variedad de cepas. Existe un factor común en está subregión, y es el contenido de arcilla y granito en el suelo; esto se da, mayormente, hacia la costa. A este valle se lo considera como cuna del vino chileno, porque, en el siglo XVI, ya se cultivaban en esta región uvas traídas por los españoles. Actualmente, en el Valle del Maule, se encuentra el 43% de los viñedos cultivados del país.
El viñedo principal y lugar de inicio de la bodega Viña San Pedro se encuentra en el Valle de Curicó, a 200 km al sur de Santiago. Es una de las mayores exportadoras de vino chileno y se adjudica una tradición vitivinícola de más de 150 años. Al sur del Valle del Maule se encuentra Pencahue, una de las muchas zonas donde se ubican viñedos de esta bodega; es un área conocida por su clima cálido, suelos irregulares y pedregosos. Pinta un panorama excelente para el desarrollo y madurez de las uvas. Especialmente, para variedades como el Syrah o el Carménère.
Con la idea de producir vinos con personalidad y de calidad única, y con el desafío de ser constantes en el tiempo, la bodega decide, en el 2001, crear la línea 1865 Single Vineyard, en homenaje al año de su fundación. La misma decide presentar la mejor expresión de cada cepaje emblemático, proveniente de diferentes zonas vitivinícolas. Se trabaja entonces en viñedos seleccionados, plantados en el mejor valle posible para cada variedad: Cabernet Sauvignon del Valle del Maipo, Carménère y Malbec del Valle del Maule, Syrah en el Cachapoal, etc.
Para conocer este concepto, me pareció que elegir el “mejor Carménère“ era la mejor opción. El Carménère, extinto en Europa y redescubierto en Chile en la década del noventa, es la uva típica del Valle del Maule y el cepaje emblemático de Chile. Particularmente, lo que me agrada de esta uva es su versatilidad; esa dupla de fruta y especias que hace que no sea tan agresivo en boca y que permita maridarse con una variedad de platos y situaciones.
Tenemos un vino varietal 100%. En vista, un color rojo puro, profundo e intenso, que revela un vino con maceración prolongada. En nariz, mucha fruta madura y expresiva; frutos rojos y negros. Se aprecian también notas lácticas tipo yogur, y toques de aromas tostados y ahumados (chocolate, tabaco y vainilla) que denotan crianza en madera. El 100% de este vino tiene una guarda en barricas francesas (95%) y americanas (5%) por 12 meses. El 50% de las barricas son nuevas y el resto de segundo uso. Estas barricas (en total 12.000) descansan en una cava subterránea de la bodega, construida con una antigua técnica de cal y clara de huevo.
Resalta en el paladar con toda su untuosidad; taninos duros y notas dulces que otorgan suavidad y redondez. Es un vino complejo y de buena acidez, que da paso a un prolongado y persistente final. Puede ser bebido inmediatamente; o bien, guardado por 6 a 8 años. Podemos acompañar este vino con pescados grasos, como lo son el salmón y el atún, pastas que no tengan mariscos, risotto de hongos, carnes a la pimienta o a la parrilla, aves de caza y tablas de quesos que incluyan quesos curados. La temperatura de servicio recomendad es de 17 ºC.
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