23 de Noviembre de 2024
Bares eran los de antes, como el Mariano

Por Silvia Sánchez. 

Editora y escritora. Colaboradora de alacarta.

Entrar a Mariano Domingo, el bar del Hotel Chaco, es como entrar al set de Mad Men pero sin la nostalgia manufacturada, porque el Hotel Chaco es the real deal, un edificio de arquitectura moderna construido por José Luis Ardissone en 1975. Más que onda, Mariano Domingo tiene atmósfera, esa interacción donde todos los sentidos se encuentran a gusto: apenas de luz para leer la carta, sillones para arrellanarse al punto que uno podría dormir, olor a biblioteca matizado con café. Y lo más importante de todo es que la música no es un relleno ambiental al descuido; solo buen jazz al volumen justo para conversar. Soy de birras, pero Mariano Domingo es para tragos (Eduardo Di Natale hizo su magia en la barra, en las antípodas del azúcar y las sombrillitas) que prueban que, en buenas manos, nuestra caña no debería tener complejo de inferioridad. Se puede comenzar con el Caña Sour (G 25.000), interpretación autóctona del pisco sour con su lima, syrup y clara de huevo, para seguir con el Carrulim (G 30.000), versión más sofisticada del brebaje de caña, ruda y limón que tomamos los paraguayos cada 1 de agosto para espantar los malos hados y el viento norte que irritaban al Dictador Francia. Mi favorito es el Pombero We (35.000), de whisky double black, amaretto, tabaco burley y aceite cítrico de naranja por la combinación letal de whisky y tabaco. Cuando hay libaciones fuertes de por medio es sabio hacer camita y para eso Mariano tiene tapas tamaño compartir.  A nuestra tortillita clásica con cebollita de verdeo le dieron la vuelta con una de ky’yi (ají picante) y otra de calabaza y mozzarella, todas por G 20.000, logrando dejar de lado la grasitud sin perder lo crocante y esos deliciosos hilitos de masa que semejan terminaciones neuronales. Para terminar, albondiguitas de carne sobre polenta frita (G 20.000) con salsita mojadora y tierna costillita de cerdo con mandioca (G 30.000) para que no falte el asadito chuchi. Para esta amante de la costumbre europea de libar a toda hora que exista voluntad, preferiblemente en una terraza en la vía pública como la que tiene Mariano sobre Palma, otro golazo es su apertura diurna: días de semana a las 09 y fines de semana a las 10. Lunes cerrado para que descanse el hígado. + Info de Mariano Domingo aquí

18 de Noviembre de 2016

alacarta

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