La rubia más deseada no es la de cabellos color de trigo, sino la que se bebe helada cuando el sol arrecia. Desde adolescente le gustó, pero ese primer acercamiento a la cerveza artesanal despertó en él las ganas de algo más. Porque esta rubia también puede ser gourmet.
El proceso
Cebada malteada + Lúpulo + Agua + Levadura para cerveza es la fórmula básica y magistral. Un ingrediente extra (miel, cáscara de naranja, hierbas aromáticas...) le da un toque de gracia.
Korok es una cerveza artesanal en toda regla. En el proceso se cuida hasta el más mínimo detalle. La asepsia se impone, de lo contrario todo el esfuerzo puede terminar en el desagüe. No se filtra para que no pierda la mitad de los sabores que logra midiendo proporciones y conveniencias. La transparencia por tanto se consigue dejándola reposar. El gas que posee es natural, producto de una segunda fermentación en la botella.
Enrique fue completando el equipamiento de a poco. Él compra los ingredientes, los mezcla, los cuece, los deja fermentar, reposar, y embotella el resultado, solo si le satisface. Todo lo que se produce (500 litros por mes) se vende. En la medida que crezca su infraestructura, hará más cantidad. Las favoritas, “las rubias por supuesto”.
Estilos
Korok elabora 7 estilos de cerveza: Golden Ale, Pilsen Ale, IPA, Red Ale, Australian Ale, Dark Ale y English Bitter. Más una o dos cervezas especiales, que van renovándose cada 3 o 4 semanas y cuyo objetivo es “ofrecer una mayor variedad, experimentando con recetas e ingredientes distintos para seguir transmitiendo cultura cervecera”, según palabra de Enrique. Korok Citrus (con vitamina C y cáscara de naranja) tuvo mucho éxito en enero y febrero. A finales de marzo, Enrique promete una Korok especial con miel.
El mercado
Dos años después, con una experiencia que empieza a consolidarse en base a ensayo, prueba y error, toca lo más difícil: afianzar el mercado. “Hacer esto es muy lindo, pero comercializarlo es otra cosa. Es algo que también estoy aprendiendo, es parte del negocio”, afirma Enrique.
La cerveza artesanal es un producto que no se vende igual que la cerveza industrial. Necesita de cuidados especiales antes de ser servida, como almacenar las botellas de pie; y de un consumidor entrenado, conocedor de lo que degusta. Por suerte, este consumidor cada vez es más numeroso.
Escollos en el camino
Todo emprendimiento es arduo en sus inicios. Aun más si no cuenta con apoyo de terceros como es el caso de Korok. Pero lo que más le preocupa a Enrique en este momento es la falta de regulación con respecto a los productos artesanales. Una ausencia que limita la comercialización, dificultando el acceso a los supermercados, por ejemplo. “Para llegar a ellos, estoy obligado a tener una producción mucho mayor de la que hoy puedo sostener”, comenta Enrique. No obstante, no desfallece, lo suyo es la cerveza (además de los números) y entre sus sueños dorados contempla incluso la exportación de Korok.
Puntos de venta
Puedes encontrar las cervezas artesanales Korok en Beer Hause, La Casa de Don Manuel, Kure Dumas, Walterio y Ninjas con apetito, entre otros.