[unitegallery El_Viejo_Marino_favorito_de_todos]
Hace unos tres años, Carlos Marrero cerraba, junto a sus padres, la temporada de verano de su restaurante familiar en Punta del Este, Uruguay. Al mismo tiempo, se apresuraba haciendo las maletas para embarcarse hacia la ciudad que sería su nuevo hogar, Asunción. Con cero tiempo para el descanso, este uruguayo partía para enfrentar un nuevo desafío acompañado de un staff de 15 compatriotas listos para abrir las puertas de la sucursal de El Viejo Marino en nuestra ciudad.
Todo comenzó cuando los clientes y amigos paraguayos, asiduos visitantes de El Viejo Marino en Punta del Este, le comentaban a él y a su familia cuánto les gustaría tener un restaurante similar en su país y decidieron que esta sería la capital para expandir su cocina marisquera.
El emblema de la casa es la Paella de mariscos para dos personas (G 190.000), le sigue la Cazuela de mariscos (G 150.000).
A veces, al viejo marino le gusta salir de su zona de confort y comer una rica carne, y es entonces cuando sale de la cocina, por ejemplo, un Lomito en reducción de Malbec con puré rústico (G90.000). Las pastas de mamá son una mezcla entre la tradición familiar y la creatividad de Carlos, dando como resultado imperdibles como los Spaghetti de vero, con crema de camarones (G 130.000); o los Spaghetti al tomate con mejillones de la Gorriti (G 110.000).
El pescado es también orgullo del local. El Lomo de brótola al roquefort (G 95.000) o el Surubí relleno de mariscos y con mozzarella (G 150.000) son irresistibles. El Salmón a las finas hierbas se destaca también en el menú (G 105.000). Sugerimos que al llegar se pregunte si disponen de algún pescado especial.
La planchada de mariscos (G 160.000) es la opción para los más hambrientos y para las mesas grandes: variada y fresca, se debe probar. Favoritos además son los Txipirones a la plancha (G 120.000), el Ceviche de salmón y camarones (G 120.000); y el Ceviche de vieiras con helado de cilantro al limón (G 100.000).
Hay una sección exclusiva para los pequeños con platos marinos como el Lomo de pescado con puré de papas fritas (G 70.000) o los populares Nuggets de pollo (G 40.000).
Finalmente y para el postre, como buen representante uruguayo, los panqueques flambeados con dulce de leche y helado son tanto la recomendación de la casa como los favoritos del público (G 35.000).
Atrás, un cómodo patio presenta el área del asadero, perfecta para festejar eventos especiales, en los que, con previa reserva, se puede tirar una carnecita a la parrilla.
También están los salones Vip: el Toyota que alberga a 20 comensales y el salón Stella Artois, para 10, donde se puede pedir a la carta o solicitar un pedido especial previa reserva y aviso.
Los domingos, el restaurante ofrece un menú especial para compartir en familia que incluye una entrada y plato de fondo, con varias opciones para elegir y postre (G 90.000), más un menú infantil con recetas entretenidas (G 50.000).
Ofrece también servicio de catering para banquetes y bodas.