21 de Noviembre de 2024
Kike Olmedo, cyborgs, monstruos y cocina

Por Juan Ramírez Cabañas

Después de la farra, en sus días de secundaria, Kike llegaba a la casa con mucha hambre. En vez de regañarlo, su mamá le preparaba “La bandera española”, un plato clásico familiar que combina queso, cebolla, huevo, ajo, tomate y albahaca. Esta comida sencilla y salvadora sigue vigente en la mesa de los Olmedo: “Mi hija también cocina este mismo plato, ella estudia gastronomía”, contó Kike, una tarde que escapó de la mesa de dibujo, para cocinarnos en lo de su prima.

“Estoy dibujando como 12 horas al día, no me doy cuenta de que pasa el tiempo”, comentó, cuando recién llegamos, evidenciando que la labor de ilustrador no se trata de algo para chauloquistas vagos, sino para gente trabajadora, con garra. Apasionado por el dibujo desde muy chico, nunca se imaginó que iba a poder vivir de sus trazos. Luego de muchos años de trabajar como diseñador gráfico en importantes agencias publicitarias como Biedermann, Nasta y Turú, Kike decidió dedicarse 100% a la ilustración. “En la época de las agencias comía cualquier cosa, ahora que manejo mi tiempo como mejor, almorzando lo que prepara mi hija en casa”, confesó Kike, admitiendo que tiene una gran inclinación hacia la gula. “Al verme ya te das cuenta de que me gusta mucho comer”, dijo riendo. Cuando le pregunté la relación entre el dibujo y la cocina, me dijo: “Dibujar un comic leyendo un guión, es como cocinar siguiendo una receta: uno ve los pasos a seguir y luego desarrolla”.

En un país cuadra-¡Ejem!, “tradicionalista”, como Paraguay, aventurarse a dejar un empleo estable para ser artista puede sonar muy kamikaze, por eso, además de enseñar técnicas de dibujo y pintura a sus alumnos en el instituto que abrió, también tiene que educar a los padres conservadores. (...) Además del centro de enseñanza (llamado “Kike Olmedo Diseño”), creó Elíptica Studio, asociado con el ilustrador José Bordón (que también se fugó de las agencias publicitarias), para satisfacer las necesidades del mercado mediante el arte gráfico.

Fanático de íconos del comic como Moebius, Katsuhiro Otomo, Jim Lee y Sergio Toppi, Kike siempre soñó con dibujar historieta de forma profesional. Luego de publicar su arte en Paraguay, Brasil y Estados Unidos, está a punto de desembarcar en el mercado italiano dibujando a Dago, el noble veneciano convertido en esclavo, uno de los personajes más exitosos de la megaestrella Robin Wood, quien quedó impresionado por los sketches de Kike. “Robin me puteó porque no le mostré antes mis dibujos, jamás creí que me iba a pedir que haga un libro entero de Dago, todavía no puedo creer”, dijo Kike, seguidor de las historias escritas por Robin desde hace mucho tiempo, cuando ni se sabía que el guionista era paraguayo.

Después de bajarle la última galletita con “bandera española” como topping, le pregunté qué le diría al lector incrédulo, que todavía tiene sus dudas sobre esto de ser artista profesional: “El mercado del entretenimiento ofrece mucho trabajo para los artistas. Los juegos de mesa, los videojuegos, las películas animadas, los cómics... todos necesitan dibujantes. Con Internet es fácil ver esta tendencia global. Es hora de que Paraguay también se sume”.

13 de Diciembre de 2016

Alacarta

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