[unitegallery La_Parisienne_siempre_tendremos_Paris]
Vestida de colores crema con acentos de madera y un toque decididamente femenino, La Parisienne es una esquina chic donde los conceptos de bistró, rotisería, confitería y panadería se renuevan y se conjugan al unísono de sabores clásicos reinventados.
El local es acogedor y mucho más grande de lo que se ve desde afuera. Con detalles florales que adornan cada mesa, imponentes ventanales y un gran mostrador de antojos dulces, no tendrá la vista de la Torre Eiffel, pero definitivamente sí un ambiente francés donde el aroma y la música suave invitan a olvidar el trajín diario.
El menú convida a una experiencia elegantemente relajada con los clásicos que nunca pierden vigencia. La cocina de inspiración francesa se adapta a los ingredientes, los comensales y los gustos de nuestro país, proponiendo revisitar la cocina tradicional de Francia con un twist paraguayisado. Así lo quisieron Bettina Torres y Jean-Philippe Bierre, una pareja franco-paraguaya, que logra traer a la mesa lo mejor de ambos mundos.
De mañana temprano, nada como empezar el día con un desayuno completo
(G 26.000). Con la elección entre café, té o chocolate más un vaso de jugo de naranja recién exprimido, dos huevos cocinados a gusto, un croissant, pan con manteca, mermelada, jamón y queso.
Me tomo una pausa para hablar especialmente del croissant (G 3.500) elaborado en el día, ultra mantecoso e irresistible, como para llevar a casa, tomarse unos mates y comerse una docena sin darse cuenta. Además, sus baguettes, con textura y acidez excelentes, logran transformar cualquier sándwich en un festín culinario.
Eso sí, la hora de la cena es la hora estrella de La Parisienne. De entrada, unas Mollejas de ternera caramelizadas (G 38.000) o una Terrina de surubí (G 45.000) bañada en suave y ligera mayonesa de ajo una combinación de lo mejor de nuestra tierra con técnicas de la cocina francesa. Otra opción, ensalada La Parisienne (G28.500) es un placer liviano que enlaza un mix de hojas verdes, terrine, huevos poché, remolacha y zanahoria rallada, tomates cherry, vinagreta francesa y pan de campo de la casa. Y por supuesto, estando en un bistró francés, la tradicional sopa de cebolla (G 22.000) es un plato obligado.
Entre los platos fuertes, el Surubí con salsa crema de puerros (G 55.000) es una buenísima idea para saborear. Y si pollo es el antojo de día, un Roulet de aves relleno con queso y espinaca (G31.000) es otra idea excelente. Mas propuestas... el Tournedo de lomito (G 44.000) apanado en croûte de finas hierbas es un plato majestuoso de refinado sabor. Y por supuesto, los Raviolones rellenos de salmón con salsa americana y camarones (48.000) es un pecado irresistible.
Todos los platos principales permiten elegir la guarnición (G 10.000) a gusto. Desde papas fritas a la provenzal, gratinadas, en puré o convertidas en milhojas, pasando por un mix de hojas verdes, arroz pilaf, a la manteca, arroz kesú, hasta vegetales al vapor, al wok, o con espinacas salteadas o gratinadas. En La Parisienne no existe el “cambiame el arroz por el puré”, cada comensal crea su experiencia eligiendo desde el vamos su vivencia culinaria. Los postres (G 8.500), oh la lá..! logran que uno quiera salir hablando aunque sea dos palabritas más en el idioma del amor. La Crème brulée, el Eclair de chocolate o dulce de leche cubierto con una sensual ganache, o la tarta tatin con manzanas y acompañada de una bocha de helado de crema son todas tentaciones que cautivan hasta al menos dulcero de la mesa.
Para almorzar, las opciones son sumamente variadas. La opción de buffet (G 49.500) con 10 opciones de platos calientes y 6 fríos, permite degustar un poco de todo lo que ofrece la carta. Además, todos los platos contemplados en el menú pueden pedirse envasados al vacío y listos para comer en casa sin perder sabor ni la calidad de La Parisienne.