Por René Romero

¿A quién no le interesó en algún punto fabricar su propia cerveza? La idea infectó mi cabeza a mediados del 2015. Me considero autodidacta y ciertamente disfruto de una buena birra, así que me pareció una buena forma de invertir mi tiempo; aprender algo nuevo y de paso tener como resultado un producto que pudiera disfrutar y compartir con amigos.

Decidí empezar a leer blogs y a mirar varios tutoriales en YouTube, y al poco tiempo se hizo evidente la dura realidad: no iba a ser nada fácil.

Sin embargo existen las cervecerías artesanales locales, que ya llevan años desarrollando sus productos y lanzándolos al mercado. Acercarme a alguna de ellas para preguntarles cómo lo hacen me parecía un movimiento bastante rudo. Para mi suerte, entre ellas hay una que no tiene problemas en escuchar esa clase de preguntas, y esa es The Hop.

The Hop es la primera microcervecería escuela de Paraguay, producto de los esfuerzos de José Duarte padre, José Duarte hijo, y Alex Martínez. Los dos primeros deciden emprender un nuevo proyecto gastronómico, teniendo ya experiencia en el campo, pero ahora con énfasis total en la cervecería. Incluyen a Alex en el equipo, quien decide dejar su carrera como abogado para probar nuevos rumbos. Probablemente la mejor decisión que tomó en su vida, añade.

Tres años atrás iniciaron el proceso de formación del equipo con un viaje a Brasil, el primero de muchos destinos a los que viajó el equipo en el mundo. Bodebrown, una microcervecería en Curitiba, con el título de la mejor cerveza artesanal del país por 3 años consecutivos, es hoy la cuna del proyecto. Sin conocimientos previos se lanzaron con todo para aprender los fundamentos, con el fin de no solo elaborar una excelente cerveza artesanal, sino también todo lo necesario para servirla y degustarla con propiedad. Al cabo de aproximadamente año y medio, el equipo se considera listo para dar inicio al primer curso, y por supuesto, a su bar.

“Degustar es tomar con conocimiento”, comenta Alex, hablando sobre el manifiesto que rige a The Hop. Incentivar el crecimiento de la cultura cervecera dentro del Paraguay es uno de sus principales objetivos. 

De hecho, la primera cerveza que se preparó en The Hop buscaba crear popularidad para una variedad muy poco consumida en nuestro país, una variante de las cervezas negras conocida como Mild. Esta cerveza se destaca por tener un sabor amargo, poca carbonatación, un cuerpo liviano y bajo grado alcohólico. Estas dos últimas características hacen que sea una cerveza bastante fácil de beber, o de alto drinkability si vamos a usar términos cerveceros, cosa que uno normalmente no asocia con las cervezas negras.

Todo es sobre la experiencia, al punto que las variedades de cerveza se lanzan de acuerdo a las estaciones, para acomodarse al clima ideal para degustarlas. Se controla hasta la forma en la que se sirve cada una para que llegue en un estado óptimo al cliente, razón por la cual no han embotellado su producto a la fecha.

Lo más cercano que tendrá The Hop a un embotellado será el Growler, un contenedor de vidrio con capacidad de 2 litros que se destina únicamente al transporte de cerveza tirada, o chop, como se la conoce aquí. Sus afortunados dueños tendrán la posibilidad de personalizar sus Growlers de diversas formas, y digo afortunados porque estos serán bastante limitados. 

El bar es simple pero lleno de detalles; hacen un excelente uso de espacio para crear un micro beer garden que realmente vale la pena ir a buscar.

Su barra, el alma del establecimiento, se destaca por estar directamente sobre el área externa, creando un ambiente urbano bastante relajado, perfecto para un excelente after office o una reunión relajada entre amigos durante los fines de semana.