21 de Noviembre de 2024
Waffle Roga

Waffle Roga

Datos útiles  D. España 2417 casi Venezuela (Paseo Cataluña). Asunción. Horario. Martes a domingo de 15 a 23h. Best Buy. Wafles de avena, con banana, nueces y miel de maple (Gs. 37.000) Delivery No

El deseo era más que vivo; y no parecía ser pasajero. Con hambre post-siesta de panzazo de domingo familiar y esas ganas incontenibles de comer algo dulce, manejamos sin mirar hasta un rinconcito que hace mucho guardé para la llegada de este momento: Waffle Róga.

El lugar está en uno de esos nuevos paseos que se multiplican como conejos; pequeño, con más o menos ocho mesitas adentro y unas cuantas más afuera. Planteritas, cartelitos con frases y utensilios de cocina que parecen ser sacados de un tablero de Pinterest adornan las paredes. En un mueble de madera, cargadores de celular y libros; compañeros fieles tanto para analógicos como digitales.

No había un solo lugar libre. Tímidos y sin saber qué hacer, nos sentamos en la pequeña barra. Miro a mi alrededor y lo veo; fácilmente el 90% de los comensales tiene menos de 20 años. Y ahí me percato de la música: Lady Gaga, Britney, Enrique Iglesas… Sin darme cuenta crucé a la dimensión adolescente. Recuerdos de vacaciones que parecen no terminar nunca me inundan, pero nada le gana al olor a canela y manteca quemada que sale de la cocina.

El waffleo es personalizado hasta el último detalle, y decidir no es tarea fácil. Un muchacho nos entrega un papel y explica con paciencia el proceso. Primer paso, elegir la masa. Todas las opciones vienen ya con una base regular y un topping, pero uno puede agregar, a gusto, por G 5.000 cada topping o base regular extra.

De los Clásicos (G 20.000), las opciones se barajan entre un waffle tradicional, de chocolate, chocolate blanco o marmolado. Las opciones sanas (G 23.000) incluyen waffles de avena, manzana, banana o integral; y para los golosos (G 25.000), de choco chips, tres leches, de cookies o maní.

Segunda decisión crucial: La base. ¿Será dulce de leche, miel, mermelada, chocolate derretido, Nutella, o miel de maple? Y por último, la cereza de la torta, los toppings; elegir entre cuatro sabores de helado, galletitas, frutas, granola, chocolates, nueces o almendras. Pasan 15 minutos y sigo perpleja y cada vez más hambrienta.

Finalmente logramos un yin yang entre uno bien potente, de masa tres leches, dulce de leche, helado de americana y Kit Kat; y uno más sano, con masa de avena, miel de maple, bananas y nueces, como para salir a andar en bici después.

Llegan primero las bebidas. El jugo de durazno (G 12.000) parece ser de lata, lo cual no es un pecado, pero tampoco genera más que un “Ah, que rico, es de lata”. El milkshake de frutilla (G 18.000) me recuerda al Nesquik que me obligaban a tomar cuando era chica, rosado y lechoso; pero no con la consistencia que me esperaba. Quizás un espresso (G 8.000) hubiese sido suficiente acompañante para la dulzura que se aproximaba.

Al rato, llegan los waffles, con cartelito y una pinta irresistible. Mi primer bocado es seguido de un “¡Pero andate a la &$!)&!”, una explosión cuasi orgásmica, la conclusión perfecta de un antojo. El waffle, gordito y esponjoso, recuerda a esos panqueques americanos; la cantidad de toppings es justa, cada bocado es completo.

En menos de cinco minutos mi plato quedó vacío, ni una sola gota de syrup, dulce de leche, nada. No sé si fue la necesidad de saciar el capricho o la cantidad de gente constantemente entrando y saliendo lo que apuró mis bocados. La necesidad de desabrocharme el pantalón es inminente.

La ecuación ideal; un waffle, dos cubiertos. O en mi caso, hubiese sido atajarme el antojo y pedir uno dulce, uno salado y compartir. La gula y la necesidad de azúcar nos engañó esta vez y los tentadores Caprese (G 22.000) con tomate, queso, albahaca, pesto y aceite de oliva; y A lo Gringo (G 28.000), con huevos revueltos y panceta crujiente quedaron para la próxima visita. Ahora sí, una película y al sobre.

26 de Marzo de 2015

Alacarta

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