28 de Marzo de 2024
Beto Barsotti: "No gracias, yo pazzo"

Beto Barsotti: "No gracias, yo pazzo"

Comer con los amigos es fantástico! Uno se reúne con personas conocidas y busca pasarla de la mejor manera posible. Las sugerencias van y vienen y es ahí donde empiezan los problemas, el criterio de uno nunca es igual al del otro. Y lo peor, ¡muchas veces es terrorífica la situación y la experiencia!

Uno de estos jueves otoñales asuncenos, entiéndase caluroso, fui a conocer el restaurante que está dando que hablar en la ciudad, el ya súper comentado Pazzo.

Me ha llamado mucho la atención un restaurante con este nombre que no tiene, digamos, una procedencia muy lógica y relacionada con la gastronomía. Una cosa sí, tengo que aplaudir el proyecto arquitectónico y la decoración. Supieron sacar excelente provecho de los espacios, lograron poner sillas confortables y firmes. Crearon un ambiente muy acogedor y elegante para el público al que apuntan.

Infelizmente, los objetivos principales de “Bar y Cocina” están un poco distantes de la propuesta arquitectónica, y eso es un detalle a corregir; ¡urgente!

La carta te ofrece tragos y más tragos y una cantidad de opciones de platos increíblemente exagerada, pero cuando empezás a pedir escuchás las famosas frases: “Eso está en falta”. “Esto hoy no lo preparamos”. “Ahora se nos terminó”.

Cuando uno monta un local y define una carta, mínimo, tiene que buscar mantenerla por los próximos tres meses con todas las propuestas. Por lo visto, no es el criterio de quienes pusieron este restaurante. Entonces manos a la obra, probemos lo que hay.

Pazzo propone, en la carta, tragos y cocktails con mezclas insólitas. No hay nada mejor en una noche calurosa que un Gin Tonic para empezar. La vieja receta de los colonizadores británicos en una India ocupada, atravesó el tiempo y llegó al Pazzo de manos de un barman que fue cantado a los 4 vientos durante la inauguración y propuso, según reza la carta, “una versión más amplia del típico combinado”.

La FUPADI(1) demandaría a este barman si en nuestro país hubiera una ley de control de azúcar; nunca había probado una cosa tan pavorosa. Y nunca había tomado un cocktail donde el sabor de una gaseosa, sobrepasa al sabor de la espirituosa. La vieja tónica fue sustituida por una gaseosa de una famosa multinacional…

Lo dejo de lado y me preocupo en hacer mi pedido. Como siempre una entrada, un fondo y el postre, donde veo cosas distintas.

De entrada pido Molleja. Una propuesta interesante con salsa oporto, espinacas, cherrys, hongos sautée, brócolis y papas fritas. ¡A probar! Los complementos bien, pero la pobre molleja no fue asada, fue torturada en el fuego, ¡qué triste! El casamiento con las verduritas propuestas sería ideal si el cocinero no las hubiera “olvidado” en el fuego.

Como plato principal (ya que las 3 opciones que elegí estaban en falta, y era un jueves, imagínense) elegí un “Risotto de zapallo”, sugerencia anotada en una pizarra al costado de mi mesa. Y en la pizarra había más sugerencias que en la carta, qué desorganización, pero la “beautiful people asuncena” aplaude. El local estaba lleno, y observando las mesas, casi todas pedían salmón o carne vacuna.

Hoy en día estoy llegando a la conclusión de que nadie, pero nadie, se va a un restaurante buscando gastronomía y sí para ver y ser vistos, nada más... ¡qué bodrio!

Lamentablemente tengo que decir que el “Risotto de zapallo” vino más cocinado que un guiso de copetín. Los trozos de zapallo también fueron torturados en la cocción, junto al pobre arroz que sólo quería ser parte de una fiesta gastronómica. Es muy triste ir a conocer un local del cual se habla y se comenta tanto, y tener de entrada 3 decepciones. ¡Una pena!

La gente que quiere abrir su propio restaurante debería leer el libro “La Fisiología del Gusto” de Brillat-Savarin(2), libro obligatorio para quienes trabajan con alimentos, sea en restaurantes estrella, sea en restaurantes que van empezar.

El placer de la mesa es esencial para los saberes y quehaceres de una comunidad, para la construcción de la identidad del restaurante en cuestión, para el turismo y para la economía. Gastronomía es cultura y nosotros comemos cultura. ¿Cuándo irán a aprender y a tomar en serio a sus locales?

Bueno. Me restaría hablar del postre, pero no vale la pena. Pazzo me ha dejado triste, fue una experiencia que me ha dejado pazzo, literalmente. Busquen en el diccionario y entenderán el significado de la palabra.

(1) Fundación Paraguaya de Diabetes. (2) Jean Anthelme Brillat-Savarin (1755-1826), jurista francés que ocupó importantes cargos políticos después de la Revolución Francesa, es el autor del primer tratado de gastronomía (Fisiología del Gusto, 1825).

18 de Junio de 2015

Alacarta

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