25 de Abril de 2024
Entrevista a Alberto Arizu. La tradición continúa

Entrevista a Alberto Arizu. La tradición continúa

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Argentina, en los últimos veinte o cuarenta años ha tenido un crecimiento como productor de vinos en el mundo y un desarrollo en cuanto al conocimiento por parte de sus consumidores. La demanda de vinos de calidad, las inversiones, el desarrollo de la vitivinicultura a un altísimo nivel, han potenciado la salida de Argentina al mundo. Luigi Bosca/Familia Arizu ha jugado un papel importante, llevando sus vinos a través del mundo, y mostrando que el Nuevo Mundo puede producir vinos sofisticados y elegantes.

Habiendo sido presidente de Wines of Argentina, ¿Dónde cree usted que radica la fortaleza de Argentina como productor de vinos en el mundo?

Desde el punto de vista de su naturaleza y de su entorno, hay cuatro factores fundamentales que hacen que los vinos argentinos sean muy diferentes al resto. Uno es el clima totalmente continental, Argentina es la superficie cultivada de vino sobre clima continental más extensa del mundo. Segundo es la pobreza de los suelos, de muy poca materia orgánica que no permiten el desarrollo de enfermedades y que son muy propicios, con buen drenaje para el cultivo. Tercero es la pureza del agua, al ser un suelo absolutamente desértico, lo que permite que utilicemos agua que proviene del deshielo montañoso, esa agua va cargando desde mucha distancia los nutrientes y minerales de la tierra. Finalmente, la altura es un factor fundamental en la distinción de los vinos argentinos, ya que a cada 100 metros tu tienes un grado menor de diferencia térmica.(...)

El Cabernet Sauvignon representa un segundo puesto hoy en la venta de vinos argentinos en el mundo, después del Malbec, ¿Cómo ve al Cabernet Sauvignon argentino y en qué dirección cree que puede ir desarrollándose?

El Cabernet Sauvignon tiene la ventaja de ser una variedad que está muy difundida en el mundo. Es la variedad tinta más conocida, una variedad que se da en casi todas las latitudes, por lo cual es mucho más familiar para los consumidores. El Malbec representa apenas un 3% del consumo mundial, el Cabernet Sauvignon tiene más del 12 a 15%, lo que significa que podemos mostrar la calidad y el potencial del Cabernet argentino, que son Cabernet en general mucho más plenos de frutas rojas, de frutas negras, mucho más dulces, más redondos, más ricos y no tan piracínicos o herbáceos como uno encuentra en otras latitudes(...)

Finca La Linda representa una gran variedad de cepajes ¿Luigi Bosca está en una búsqueda de experimentación con las cepas no tradicionales?

La Linda para nosotros es una marca que siempre fue concebida con un carácter propio. Desde el día que la desarrollamos, a mediados de los 90, pensamos siempre en La Linda como una forma de producir vinos que fueran genuinos, limpios, entendibles, que representaran la pureza varietal, pero que además fueran vinos elegantes, distinguidos, finos. Nunca ha sido una segunda selección, ni una segunda marca, mas bien fue una primera marca. Nosotros producimos a partir de viñedos que producen específicamente para la marca La Linda, tenemos sistemas de vinificación, sistemas de elaboración totalmente independientes, tenemos un equipo totalmente independizado y esto nos permite que el vino tenga su propio perfil, su propio carácter, y permita que la marca pueda competir en otro segmento distinto a nuestros grandes vinos de Luigi Bosca. 

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El Pinot Noir de Luigi Bosca ha sido una sorpresa para muchos, es un vino que ha tenido gran aceptación, ¿Cuál es la característica de un típico Pinot Noir de Mendoza a diferencia de uno costeño al que uno está más habituado?

El mundo del Pinot Noir es un mundo complicado porque vos tenés los grandes míticos Pinot de la Borgoña, vinos casi inaccesibles porque no los encuentras y por el precio. Luego tenés un montón de Pinot Noir, principalmente de países como Nueva Zelanda, Chile, que producen mucho Pinot Noir de clima oceánico, que es de otro carácter. Nosotros encontramos una veta muy interesante en un Pinot Noir de clima continental que tiene mayor concentración de fruta roja, no tiene tanta remolacha como es clásico en los de clima oceánico. Es un perfil de vino con notas florales, minerales y mucha fruta roja que ha resultado sumamente atractivo. Es un vino intenso, no es un vino leve, muy rico, muy full body que tuvo una repercusión extraordinaria.

(...) Lo que queremos es mostrarle a la gente un vino cuyo carácter se ve transformado por el impacto de un terroir único y determinado. En este proyecto tenemos Pinot Noir, Riesling y Malbec, que son tres variedades que para nosotros son muy permeables al efecto del Terroir.

La línea Gala representa toda la destreza del arte enológico de Luigi Bosca, ¿Qué es lo que buscan resaltar en cada uno de estos blendings?

Gala nos dio la posibilidad de mostrar nuestras condiciones como winemakers, es el arte por el arte en sí mismo. Todo el arte de Gala tiene que ver con como yo decido y elijo sobre que porcentaje de cada variedad voy a utilizar en el blend. Nosotros no hacemos para compensar, acá cada vino se elabora por separado, de tal manera que cada vino desarrolle su mayor potencial, que sea único, ahí viene la clave de todo esto, cuando yo pienso, ideo y diseño un individuo auténtico y lo hago a partir de utilizar determinados porcentajes, ese es el mayor despliegue artístico que un winemaker puede hacer(...)

¿Cómo llegaron al vino Ícono de Luigi Bosca?

La idea fue elaborar, en nuestro criterio, el mejor vino argentino, que tenga todas sus aristas pulidas ya desde la selección de frutas, del impacto del terruño, de los procesos cuidadosos de elaboración, de una crianza adecuada, un vino en el que pudiéramos implementar todo lo que conocemos, todo lo que sabemos, todo lo que tenemos. Obviamente sabíamos que por la complejidad que significa tener un vino que exprese nuestros pensamientos en ese nivel, con una variedad iba a ser difícil, entonces no fue muy difícil pensar que las dos variedades que debíamos usar eran Malbec y Cabernet Sauvignon, las mejores variedades que mi familia cultiva sistemáticamente hace 114 años. (...) La elaboración de cada variedad se hizo cada una por su lado, se cosecharon cuando correspondían cada una, en sus niveles de madurez adecuados, ambos hicieron la fermentación alcohólica en barricas de roble a diferencia de casi todos nuestros vinos que utilizamos la fermentación en tanques de acero inoxidable. Durante 6 meses criamos cada uno, Malbec y Cabernet por separado. A los 6 meses hicimos una especie de comité con nuestros enólogos, la familia, y comenzamos a decidir el corte. Una vez decidido ese corte, el vino pasa a una nueva barrica sin uso y en esa barrica nueva, después de un año de añejamiento, nos permite obtener un vino bien integrado, armónico y con una larga vida.

20 de Enero de 2015

Alacarta

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