21 de Noviembre de 2024
Puente Remanso, pescado fresco a orillas del río

Por Rodrigo Alcorta. 

Creativo publicitario. Escritor de la columna “Código de barra” en Alacarta.

La consigna es recomendarle un plato o un trago a alguien que no conoce el país. Es una idea divertida pero, por supuesto, voy a hacer trampa. Porque nombrar sólo uno es imposible y porque no siempre menos es más. Creo que el plato es el 49% de una comida. El decisivo 51% tiene que ver con todo lo que hay alrededor y podría definirse como ambiente: el lugar, la compañía, el humor y varias cosas más, entre las que, probablemente, la más importante sea el porqué. Para llegar a Puente Remanso lo mejor es que alguien te lleve. Así que decile al taxista o al paraguayo con ganas de mostrarte lo lindo que es su país, que querés almorzar en el Remansito. Vas a aparecer en un lugar a orillas del río Paraguay, donde está lleno de comedores que sirven pescados recontra frescos, preparados por la gente que más sabe de pescados, porque viven de ellos. No recomiendo ni un plato ni un restaurante en particular. Me parece que hay que dejar eso en manos de la intuición, que nunca se equivoca -sobre todo cuando, como en este caso, hay nulas posibilidades de errar-. ¿El porqué de ir al Remansito? Es uno de esos raros lugares donde 49% y 51% suman 100%. Paso de Patria queda en el departamento de Ñeembucú, a poco más de 400 kilómetros de Asunción. La historia del lugar está para siempre unida a la Guerra contra la Triple Alianza, aunque lo que nos interesa ahora es saber que allí confluyen los ríos Paraguay y Paraná. Este último dato revela que Paso de Patria es el paraíso de los pescadores. Yo voy a agregar que es donde mi amigo, Carlos G., saca los dorados y surubíes que después tira en la parrilla de su casa, para hacer magia. No sé cómo los prepara ni te voy a dar las coordenadas para llegar a lo de Carlos, pero el dato fundamental está: Paso de Patria. Paraguay no es Paraguay sin su chipa y su cocido. Los que más me gustan son los que venden en las graderías de La Arboleda, el estadio de mi querido Rubio Ñu. Gracias a una receta que combina cariño y sencillez, son perfectos para festejar los triunfos y sobrellevar las derrotas. Y creo que de eso, finalmente, se trata la comida.

18 de Noviembre de 2016

Alacarta

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