Lavar y limpiar los picantes. Cortar los picantes. Mezclar los picantes con la sal y el ajo en un procesador de alimentos.
Verter el molido de picante dentro de un frasco de vidrio con cierre hermético. Tapa el frasco y déjalo reposar a temperatura ambiente en un lugar fresco y lejos de la luz directa del sol durante 15 días mínimo (puede ser más tiempo si prefieres un sabor un poco más fuerte). Si la dejas menos de 10 días, será muy aguada e insípida.
El último paso es cocinar la salsa.
Vacía el molido fermentado de picantes sobre un colador y presiona con una espátula para que salga todo el líquido y se queden solo los sólidos, que puedes desechar.
Introducir un tenedor en cada una de las guayabas, quemarlas en el fuego y pelar.
Combina la salsa fermentada líquida con las guayabas y el azúcar en una olla.
Coloca la mezcla a fuego medio y espera a que hierva. Déjala hervir durante 5 a 8 minutos. No dejes que se cocine demasiado, solo quieres que las guayabas y el azúcar se deshagan y se integren con la salsa.