Por Mariela Castro
Sommelier de Andina S.A., copropietaria de Terroir, escritora de la columna ¨Setecientas¨ en Alacarta.
En forma de asado a la parrilla en general, para los forasteros, a punto, bien cocido, eso ya es cuestión de gustos. Es sabida la gran fama de la carne producida en casa. Tan es así que en los contendores de los supermercados en otros países, se la puede encontrar con gran destaque, bajo el título que la identifica: carne paraguaya.
Personalmente, volví a la carne hace un par de años, luego de un natural abandono de la misma que se revirtió tras un largo viaje.
Volví a Paraguay directo a un asado.
Aunque la consumo, no en demasía, raramente la cocino. Ahora, si me hablan de interiores, criadillas y otros extras que se extraen del animal faenado, las menudencias no fueron jamás siquiera consideradas, hasta que llevé a algunas visitas a conocer Tierra Colorada.
Hasta hace unos años, la propuesta gastronómica en nuestra ciudad era limitada. En tanto, el panorama cambió abruptamente de un tiempo a esta parte, las cocinas le dieron volumen a sus fuegos y hoy la propuesta es considerablemente más numerosa que en aquel entonces.
Aunque lo que abunda es una cocina internacional, Rodolfo Angenscheidt, chef y propietario de Tierra Colorada, ha sido y se ha construido como un cocinero al rescate. Ha sabido implementar técnicas y modos de la nueva cocina a los elementos propios de Paraguay, ha construido una cocina paraguaya contemporánea de alta gama y con sus “ñembo”, como denomina a sus transformaciones, nos ha mostrado el más allá de la creatividad culinaria.
Volviendo al almuerzo, a sugerencia de Rodolfo pedimos unas mollejas acompañadas con puré de mandioca al verdeo. El primer bocado, debo reconocer, generó un mmmm… al unísono con mi invitada, con quien nos miramos complacidas. Estos elementos simples y presentes en toda mesa, porque si hay algo que es trasversal en Paraguay es la comida y su arraigo en la mesa familiar. La chipa, la sopa o la mandioca no discriminan estratos. Para quienes gustan de lo tradicional y sofisticado, en un ambiente exquisito, no hay más que decir. Si bien la carta es amplísima, en todas las propuestas encontraran la raíz, la carne de tal sitio, el mejor palmito de Paraguay y por mi parte y para mí la mejor molleja con puré verde de mandioca que puedan probar. Comer la sencilla tradición con estilo.
A la semana del cierre de este sugerido, tenemos la grata noticia de que Tierra Colorada ha sido elegido por “The World’s 50 Best Restaurants”, como el Mejor Restaurante de Paraguay y N° 47 en Latinoamérica.
¡Chapeau por el Chapori y su perseverancia!